El aumento de las temperaturas superficiales del mar, previsiblemente debido al calentamiento global, es la causa fundamental que explica la inusitada potencia alcanzada por los ciclones tropicales en los últimos 35 años, según sostiene un estudio elaborado por investigadores del Instituto Tecnológico de Georgia, en Atlanta (EEUU).

El trabajo estadístico, que hoy publica la revista Science,, confirma que los ciclones de las dos categorías más violentas, las llamadas 4 y 5, han aumentado en los océanos de todo el planeta, aunque no logra explicar por qué no ha aumentado el número total de huracanes, que curiosamente se mantiene totalmente estable en los últimos años.

Tifones

Los ciclones tropicales --huracanes, tifones y otras definiciones-- están indisolublemente unidos a una temperatura del agua muy elevada y, por tanto, sólo se forman en los mares tropicales.

Aunque esto es una obviedad conocida desde hace tiempo, aún era motivo de discusión si el aumento de la temperatura media marina desde 1970, que ha sido de apenas medio grado, había influido tanto en la intensificación de los huracanes o, por el contrario, debían tenerse en cuenta otros factores.

Baja humedad

Entre estos otros aspectos se encuentra la baja humedad en la troposfera o cambios en la circulación de los vientos a gran escala. Los investigadores de Atlanta opinan que el medio grado de aumento ha sido determinante y que los demás factores influyen mucho menos o sólo en la variabilidad a corto plazo (un año en concreto, por ejemplo).

"De continuar el incremento, es muy probable que aparezcan más huracanes de ambas categorías", explica a este diario Carlos Hoyos, primer firmante del trabajo.

Según publicó el mismo equipo de Atlanta el pasado otoño, también en la revista Science, los ciclones de categoría 4 y 5 en el Pacífico oriental pasaron de representar el 25% del total de ciclones en el periodo de 1975-1989 al 41% en 1990-2004; en el Atlántico norte, el aumento fue del 20% al 25%, y en el Indico norte, del 8% al 25%.

"Es un fenómeno que se observa claramente y de forma global", añade Hoyos, pese a que "el número total de huracanes (todas las categorías) no presenta ningún cambio considerable".

La categoría de los huracanes no se establece a partir de un dato subjetivo, como pueden ser los daños causados, que dependen de la zona afectada, sino de las velocidades máximas que llegan a alcanzar en su desarrollo.

En el caso de la categoría 5, como el reciente y devastador Katrina, equivale a sobrepasar rachas sostenidas de 250 kilómetros por hora, mientras que la categoría 4 representa vientos de más de 210 kilómetros por hora.