El dibujante Francisco Ibáñez ha querido sumarse a la conmemoración del cuarto centenario de la obra más universal de Cervantes plasmando en viñetas una particular visión del Quijote: Mortadelo de La Mancha (Ediciones B). "Seguramente no tiene nada que ver con el real, salvo en algunos capítulos", aseguró ayer el autor en la presentación de la obra. Además de rendir tributo al título más universal de la literatura española, este nuevo tomo de las aventuras de Mortadelo y Filemón supone "una venganza" contra un libro que Ibáñez odiaba en su época escolar y que "quizá por esos malos recuerdos" nunca ha leído. "Estoy pensando leerlo, pero cuando me acuerdo de mi profesor haciendo dictados de algunos de sus pasajes".

Mortadelo de La Mancha comienza cuando el superintendente busca a dos conejillos de indias para probar el último invento del profesor Bacterio y llama a Mortadelo y Filemón. Si todo funciona correctamente, heredarán la habilidad de James Bond. Por error, la pareja adquiere la personalidad del caballero de la triste figura y de su escudero y se transforman en Mortadelo de la Mancha y Filemoncho. Ofelia, será Dulcinea. En mes y medio, del libro se han vendido más de 50.000 ejemplares.

Entre los episodios que Mortadelo de La Mancha conserva de la obra original destaca el de los molinos. "Aquí, vemos la lucha no contra los molinos, sino en El Molino, el 3music hall de Barcelona", explicó el autor. Ibáñez, que aseguró haber disfrutado mucho en la elaboración de esta entrega, señaló que le encantaría que, con el tiempo, este cómic "se llevase a los colegios y los críos lo leyesen con alegría". "Estoy pensando en el dinero que voy a cobrar entonces", añadió entre risas el dibujante.

PROXIMO ANIVERSARIO Mortadelo y Filemón están a punto de cumplir 50 años, y su creador asegura que consigue que los personajes se mantengan gracias a que los inserta en escenarios de actualidad. "Cuando eso falle, pensaremos en otra cosa". No obstante, reconoció que en ocasiones le cuesta encontrar nuevos disfraces a Mortadelo. El dibujante afirmó que le encantaría que Carod Rovira y otros políticos ocupasen sus viñetas, pero "no todo el público los reconocería debido a que se publican en otros países". Estos dos personajes han sido llevado, con gran éxito, al cine.

Sobre su ritmo de trabajo, explicó que escribe cinco o seis libros al año, pero le gustaría que fueran menos para poder recrearse. Y agregó: "Me tiene sin cuidado lo que digan los críticos, aunque siempre me han tratado bien".