Mortadelo y Filemón se pusieron ayer firmes. ¡Visita de papá! Había que tener la casa como los chorros del oro y ambos tenían que estar aseados y bien peinados. En su caso, con las calvas relucientes. Esto es lo que hubiera pasado si Francisco Ibáñez fuera un padre normal. Pero el maestro del humor es peor que sus hijos. Es un chiquillo que apenas puede decir una frase sin reírse. Todo le parece bien. Su buen humor es de tal calibre que se quita el sombrero delante de sus hijos. Le encanta ver que ambos ya no son de papel de tebeo sino de carne y hueso. Se le cae la baba.

Nada más ver a Edu Soto (el neng de Buenafuente) y Pepe Viyuela (Chema en la serie Aída), Ibáñez suelta la primera risa de la mañana. El creador acudió ayer al plató donde se rueda Mortadelo y Filemón. Misión: salvar la Tierra , ubicado a las afueras de Madrid. El equipo, consciente de la importancia de la visita, estuvo a la altura de las circunstancias y le reservó una silla especial. Era verde y pequeña, parecida a las que había, hace años, en los colegios. Pero dejaba muy claro quién era su dueño. En el respaldo se leía "El gran Ibáñez".

"Es emocionante ver que Mortadelo y Filemón tienen vida propia. Es magnífico. Es fabuloso", explicó Ibáñez, que estuvo acompañado por el vicepresidente ejecutivo del Grupo Zeta, Antonio Asensio Mosbah. El insaciable y guasón dibujante --parece mentira que trabajara en un banco antes de dar vida a los agentes de la TIA-- reconoció que no se atreve a dar directriz alguna ni a los actores ni al director de la película, Miguel Bardem. "Chapeau por ellos", exclamó. "Estoy cogiendo ideas para hacer nuevas historietas", bromeó.

En realidad, el filme está basado en dos de sus tebeos: La máquina del cambiazo y El caso del bacalao . En la película --producida por On Pictures (Grupo Zeta) y Ensueño Films (Antena 3)-- los agentes de la TIA intentarán salvar al planeta de una terrible sequía. La película no se estrenará hasta principios del 2008.

Durante su visita al rodaje, Ibáñez demostró que también es humano al admitir que tenía dudas antes de entrar al plató. No dejaba de pensar en cómo sería Mortadelo.

Cuando vio a Edu Soto se le despejaron todas las incógnitas. "Le veo y digo: Es él, es mi Mortadelo", dijo.

"Supongo que mis personajes gustan tanto porque no tienen nada de héroes musculosos. Son flacos y cabroncetes", destacó Ibáñez en tono humilde pasando por alto la crítica social, el humor desmadrado y el punto subversivo que tienen sus historietas.

El dibujante lanzó un mensaje de tranquilidad para sus admiradores y anunció que tiene en mente nuevas historias.