Una inmigrante ecuatoriana que limpia oficinas, un marroquí que llega a Madrid sin papeles a buscarse la vida, un joven actor que obtiene su primer papel y una ama de casa maltratada por su marido, podrían haber sido cuatro de los 192 muertos o de los 1.500 heridos de la masacre del 11 de marzo del 2004. Pero son personajes inventados por el realizador Alex Quiroga, que los utiliza como vehículo de su particular homenaje a las víctimas de aquellos atentados en su filme Ilusiones rotas .

En lugar de haber elegido cuatro historias reales de otros tantos ciudadanos afectados, Quiroga ha preferido la ficción. Ha evitado las auténticas experiencias "por respeto y para no meter el dedo en la llaga", pese a que el proyecto ha contado con el visto bueno de la Asociación de Afectados por el Terrorismo 11-M, próxima a la AVT --su representante no acudió ayer a la presentación--, y que el 50% de la recaudación se destinará al colectivo.

Estas cuatro historias, sus personajes principales y secundarios, le permiten al director argentino afincado en España fantasear en hora y media sobre la vida de gente corriente ocho meses antes de morir y dar sentido al título.