Si su estreno en las salas de cine francesas ya sufrió el intento de boicot de las organizaciones feministas, las 12 nominaciones que ha recibido el último filme del director franco-polaco Roman Polanski (1933) a los premios César no ha hecho más que atizar la polémica. «Si violar es un arte, dadle a Polanski todos los César», ha reaccionado en Twitter el colectivo feminista Osez le feminisme (Atrévete con el feminismo).

León de Plata en la última Mostra de Venecia, la película J’accuse (El oficial y el espía, en España) recrea el llamado caso Dreyfus, escandaloso proceso teñido de antisemitismo a un oficial de la Tercera República que originó el célebre alegato a su favor de Émile Zola.

Polanski, perseguido desde hace 40 años por la justicia estadounidense por haber mantenido relaciones sexuales con una menor, ha comparado su situación con el encarnizamiento que vivió a finales del siglo XIX Alfred Dreyfus.

Este paralelismo enfureció sobremanera a la fotógrafa francesa Valentine Monnier, quien en una entrevista con el diario Le Parisien días antes del estreno en Francia de la película decidió romper su silencio para denunciar que Polanski la había violado en 1975, cuando tenía 18 años.

Polanski niega las acusaciones, pero la francesa no es la única que ha declarado haber sido agredida sexualmente por el director. Hay al menos otras cuatro mujeres.

En este contexto, las redes están que arden después de que la Academia del Cine anunciara ayer la lista de nominados a la 45ª edición de los galardones, que se entregarán el 28 de febrero, haciendo de J’accuse la favorita, tras ser nominadaen 12 categorías, por delante de Los miserables, el fresco de la banlieue firmado por Ladj Ly, y La Belle Epoque, de Nicolas Bedos, con 11.

El presidente de la institución, Alain Terzian, hace oídos sordos a las protestas. «Salvo error por mi parte, millón y medio de franceses han ido a ver esta película. Los César no son una instancia que tenga que tener posiciones morales», zanjó.