La vimos enfrentarse al fascismo en La voz dormida . La vimos morir en Blancanieves . La vimos angustiarse en Invasor . La hemos visto sufrir cada semana por un amor imposible en Aguila Roja (TVE). Ahora, por fin, Inma Cuesta (nacida en 1980 en Valencia, aunque creció en un pueblo de Jaén, Arquillos) se ha puesto la careta de payasa. Lo ha hecho en Tres bodas de más , comedia con sanísimos trazos de humor bestia estrenada en Cáceres, Plasencia, Badajoz, Mérida, Almendralejo y Don Benito. Bajo la batuta del director barcelonés Javier Ruiz Caldera (Spanish movie ), da vida a una treintañera con poca suerte en el amor que recibe la misma semana tres invitaciones de boda de sus ex: un cretino (Berto Romero), un surfero fumado (Paco León) y una mujer que antes era un hombre (Laura Sánchez). Hija de un tapicero y una ama de casa, la niña que soñaba con las películas de Marisol es hoy uno de los rostros imprescindibles del cine y la televisión.

--Por más que avance el feminismo, ¿las mujeres deben casarse para triunfar de cara a la sociedad?

--No. No todos debemos seguir la misma línea. Tengo amigos solteros y casados. Lo que importa es si eres feliz o no.

--¿Tiene usted vena payasa?

--Soy bastante payasa, sí. Tengo la capacidad de reírme de las cosas que me ocurren. Y eso es positivo. Debemos saber reírnos de nosotros mismos.

--Los papeles cómicos no suelen dar premios.

--La comedia, efectivamente, es un género que no suele estar reflejado ni en los festivales ni en los palmarés. No pasa nada, forma parte de la industria. Sinceramente, no espero estar nominada al Goya. Y si lo estoy, pues perfecto.

--¿Para qué sirve un Goya?

--No sé, pero es el título perfecto para una película: Para qué sirve un Goya (risas).

-- ¿Prefiere una taquilla excelente a un cabezón?

--Evidentemente. Un premio es bonito, pero tú trabajas para la gente. He dejado unos meses de mi vida en esta película. He entregado mi corazón y mi alma. Y lo que quiero es llegar al público. Quiero que a los productores que han confiando en mí y han invertido dinero les salga bien. Hoy en día, tal y como está el patio, los productores son unos soñadores.

--Y los actores, ¿qué son?

--Gente que depende de los productores- No sé, yo creo que los actores somos también soñadores. Yo me dedico a emocionar a la gente.

--Vivimos tiempos oscuros para las taquillas. ¿Siente la presión?

--Claro. Este fin de semana lo voy a pasar viendo las cifras. Cuando estrenas una película todo es una gran incertidumbre. Nosotros, eso sí, hemos gustado mucho en los festivales en los que hemos estado, Venecia y Sevilla. La gente se ha reído. Y eso no se disimula. La risa no se puede disimular. O te sale o no te sale.

--¿El cine es caro?

--¿Con qué lo comparamos? Hay muchas cosas caras. Tomarse una copa es muy caro y parece que la gente no es consciente. Eso sí, debido a cómo estamos ahora el cine puede resultar caro. En la fiesta del cine y en otras iniciativas donde se ha bajado el precio la gente ha ido a las salas, así que si es necesario bajar el precio de la entrada para que el público vea las películas en la pantalla grande-

--Volviendo a las bodas. ¿Qué es lo más tremendo que le ha pasado en una?

--Una chica, que era la que oficiaba la ceremonia, me conocía de la tele y me paró para hablar conmigo. Me dijo que su madre era muy fan mía. Y me suelta: "Qué pequeña eres. ¿Dónde tienes las tetas que sacas en Aguila roja?". Le expliqué que en la serie llevo un corsé, pero que, vamos, que tenía tetas. Todavía no me había tomado ningún vino. Si lo hubiera hecho, le hubiera contestado de otra manera.

--¿Cuántas veces ha cantado sola en un coche a pleno pulmón, como la vemos en la película?

--Sola nunca, pero por un motivo: no conduzco. Así que sí canto, pero de copiloto. Pero, vamos, canto todo el día, en la ducha, en casa y donde haga falta.

--La primera vez que se puso encima de las tablas fue en el musical Hoy no me puedo levantar , de Nacho Cano.

--Fue mi primera oportunidad de trabajar en esto. Decidí ser actriz desde que tenía uso de razón, pero ahí vi que era posible.

--¿A quién admiraba de pequeña?

--Yo era muy fan de las películas de Marisol, Concha Velasco y Rocío Dúrcal. Hacían de todo, cantaban, bailaban y eran estupendas. Las sigo admirando, especialmente a Concha Velasco, que es una curranta. Eso no lo puede decir mucha gente.

--Ahora, en Tres boda de más , ha trabajado con maestros del humor como Berto Romero. ¿Qué ha aprendido de él?

--Menuda sorpresa, Berto. Es tan audaz, tan rápido. No intenta ser gracioso. El, simplemente, es así de divertido. Es un maestro de la comedia, como Paco León. Ha sido difícil estar a su altura.

--Protagoniza Aguila roja , una de las series de más éxito en televisión. ¿Puede pasear, tomar un café o ir de rebajas?

--Y meterme en el metro. Por supuesto que sí. Hago mi vida. Nadie me acosa en la calle. Al revés, solo recibo cariño.