El grupo británico Iron Maiden demostró ayer en el concierto que ofreció en Mérida que se encuentra en plena forma y que cuanto más tiempo pasa mejor toca. Prueba de ello fue la energía y el poder que desplegó sobre el escenario, donde interpretó temas de su amplio repertorio, que sonaron fuertes e intactos.

Además, sus componentes no se olvidaron de cultivar la comunicación con el público, puesto que entre canción y canción, Bruce Dickinson vocalista del grupo, aunque en inglés, no dejó de bromear o de soltar ocurrencias.

Iron Maiden fue el cabeza de cartel de la primera edición del Vía de la Plata Festival, organizado por A Vallekas Producciones, y realizó una de las mejores actuaciones que se les recuerda en España. El concierto se celebró en el recinto del albergue juvenil El Prado, a seis kilómetros de la capital extremeña.

OCHO BANDAS Por estas instalaciones pasaron durante todo el día unas 15.000 personas, que tuvieron la oportunidad de ver en directo a ocho bandas de heavy metal, como Slayer, que ha recibido numerosos galardones y ha estado en los principales festivales de rock del mundo, Barón Rojo, Avenged Sevenfold, Lauren Harris, RA, Iced Earth y Rose Tattoo.

El plato fuerte era Iron Maiden y no defraudó. Los 150.000 vatios de sonido se escucharon nítidos y los 300.000 vatios de luz no desentonaron en un escenario de 28 metros de alto, 25 de profundidad y 50 de ancho, decorado con motivos egipcios de la gira Power Slade , y donde Eddie, la mítica mascota de la banda que pesa una tonelada y media, se movía representado diversas formas, como una esfinge.

En los laterales se colocaron pantallas de vídeo gigantes con primeros planos de la actuación. Tampoco faltaron los efectos especiales con fuego de propano.

El público, abrumadoramente equipado con camisetas negras, coreó cada una de las canciones que tocaron y que cantaba el vocalista Bruce Dickinson.

El tiempo también acompañó al festival, ya que, aunque hizo calor, era soportable. Los bomberos no tuvieron que lanzar manguerazos de agua como estaba previsto. Además, la organización instaló dos grandes carpas para dar sombra.

También se instaló un hospital de campaña, pero hasta la actuación de Iron Maiden, que acabó sobre las 00.30, solo habían atendido a 15 personas, unas por lipotimias y otras por crisis de ansiedad provocadas por el tumulto que había ante el escenario.

Ninguna necesitó que fuera trasladada al hospital. Otras dos patrullas de la Cruz Roja, que estaban por los alrededores, tampoco tuvieron intervenciones destacables.

Al necesitarse el coche para desplazarse al concierto, la policía local estableció varios controles, ya que apenas había aparcamientos en el polígono industrial, que además seguía con su actividad normal. Para aliviar la situación, el ayuntamiento puso una línea de autobuses ininterrumpida entre Mérida y el albergue juvenil.