Tras hacer llorar a toda España con la canción del anuncio de la Lotería de Navidad del 2014, James Vincent McMorrow quiere ahora que hagamos otra cosa: bailar. El sábado actúa en Bilbao (festival BIME), el domingo en Madrid (Joy Eslava) y el lunes en Barts, como parte del programa del festival de jazz.

¿Por qué el giro bailable del nuevo álbum 'We move'? Solo quiero acercarme a los sonidos que oigo en mi cabeza, y si son animados, he de hacer música animada. Soy un cantante y compositor y las canciones me dicen hacia dónde quieren ir.

Al parecer fue el productor Nineteen85 [colaborador de Drake] quien le animó a dar el paso. Yo sabía que podía hacerlo, pero para lograr esa visión tenía que trabajar con gente que me comprendiese y en la que pudiera confiar. Y capaz, además, de contribuir con su propia visión.

¿Cómo fue la experiencia de grabar con 'hitmakers'? No solo Nineteen85, sino especialmente Frank Dukes, quien ha trabajado con toda estrella pop y R&B conocida. Yo no los veo como 'hitmakers', en realidad. Antes que nada son músicos a los que respeto. Y mis amigos. Antes de producir grandes canciones para Rihanna, Dukes estaba haciendo discos hip hop increíbles para Ghostface Killah, produciendo álbumes para grupos como BadBadNotGood… Simplemente, es un gran músico.

La influencia del R&B siempre se ha palpado en su música, pero aquí profundiza en ella. Donny Hathaway, D’Angelo, Frank Ocean, Prince, The Neptunes… Todos estos nombres están presentes de algún modo.

Prince resuena, en particular, en 'Killer whales'. ¿Fue algo deliberado? Prince es la mayor influencia en la música actual, incluyendo la mía. Nadie ha influido igual. Incluso entre gente que no escucha a Prince, si miras su colección de discos, encontrarás un montón de discos influidos por lo que él creó. Lo que más me gusta de él es que era un auténtico compositor de canciones. Las escribía con guitarra y piano y luego las llevaba al estudio para convertirlas en obras maestras de funk y R&B expansivos.

En esta ocasión, las letras son especialmente personales, sobre todo en ‘I lie awake every night’ [sobre un desorden alimenticio que lo llevó al hospital]. ¿Cómo o cuándo encontró la entereza para abrirse de este modo? En el pasado, solía protegerme o esconderme. Siempre he usado muchas metáforas. Pero con este disco necesitaba ser directo y personal. Quería decir cosas que pudiera comprender y sentir cada vez que estuviera encima del escenario para cantar.

¿Cómo llevará al directo los muchos detalles del disco? ¿Qué clase de formación trae consigo? Somos un quinteto ahora mismo. En directo, me baso mucho más en lo fundamental. Bajo, batería, teclados, guitarras… Aunque por encima se añaden texturas y elementos adicionales. Es un directo bastante dramático. El nuevo espectáculo de luces es, en serio, una de las mejores cosas de las que he formado parte. Todo el que venga a un concierto saldrá diciendo que es uno de los mejores que ha visto en su vida.