El escritor español Javier Cercas (Ibahernando, Cáceres 1962) departió ayer sobre las identidades imaginadas que comparten, pese a las distancias, su libro El Impostor y Don Quijote de la Mancha , y consideró que "una obra es mejor cuanto más ambigua es".

"La principal virtud del Quijote es su absoluta ambigüedad. En el Quijote no hay verdades seguras, taxativas, las cosas no son de una sola manera, son de varias. Las verdades del Quijote son ambiguas, poliédricas, contradictorias", afirmó.

En una mesa redonda en el Instituto Cervantes de Pekín junto al hispanista chino Chen Zhongyi, con motivo del IV centenario de la muerte de Miguel de Cervantes, Cercas destacó el carácter "revolucionario e innovador" de la pieza maestra del novelista español, "tanto en su época como en la nuestra".

"La literatura te lleva a decir la verdad, y la verdad es dura y no siempre agradable", subrayó el autor de Soldados de Salamina .

Su libro El Impostor , que recibió el viernes el premio a la mejor novela extranjera de 2015 publicada en China, versa precisamente sobre el alcance de la verdad y la mentira, al narrar la historia del sindicalista español Enric Marco Batlle, quien se hizo pasar por superviviente de los campos de concentración nazis.

Aunque Cercas admitió que "es verdad que el personaje no puede ser simpático, ya que ha roto la primera norma de la convivencia entre personas: la sinceridad", destacó que "lo que hay en el libro es un intento de comprender a este personaje".

"La literatura no juzga, no dice lo que está bien o mal, intenta entender a los seres humanos", matizó el autor extremeño.

Si bien matiza que "Don Quijote es un personaje totalmente distinto", asegura que "hay similitudes que me permitieron entender a Marco", un nonagenario barcelonés que fue desenmascarado tras recibir distinciones y construir un relato que llegó a conmover a la población.

"Lo que define a Don Quijote --añade Cercas-- es que quiere hacer realidad la ficción, no se conforma con soñar una vida distinta", algo que de alguna forma hizo Marco, quien "se inventa una vida heroica, de gran hombre".

COMPARACION SENSATA Esas similitudes llevan a Chen, traductor al mandarín de obras como La familia de Pascual Duarte , de Camilo José Cela, a creer que "la comparación entre los dos personajes es algo muy sensato e inteligente".

"Yo siento mucha piedad, misericordia, compasión... En cierto sentido todos somos impostores, de alguna forma tenemos que mentir en algo", agregó el hispanista chino, quien recibió hace días en Pekín el premio de la Fundación España-China.

Cercas celebró la compasión y la misericordia --"una palabra pasada de moda, por desgracia"-- de la que habla Chen, y precisó que, aunque al principio "hay rechazo en El Impostor , lo que predomina es la compasión".

"Los novelistas estamos autorizados a mentir, pero las personas no, esa es la gran confusión de Enric Marco", indicó el también autor de Anatomía de un instante , y añade: "Marco Debería haber sido un novelista, y la vida habría sido mejor. Sin duda leyó el Quijote, pero no creo que se inspirara en él".