Una de las novelas de más éxito en los últimos meses en Inglaterra, La interpretación del asesinato (Anagrama), ha sido escrita por un norteamericano. Jed Rubenfeld es un experto en temas jurídicos, formado en Princeton y Harvard, con un elegante aspecto patricio --aunque él defienda su condición de nieto de emigrantes polacos--.

En su primera incursión en la ficción, que también ha empezado con buen pie en las librerías españolas, ha llevado hasta sus últimas consecuencias esa sensación que acompaña a todo lector de los casos clínicos de Sigmund Freud de que, en el fondo, lo que se está desvelando en ellos es un misterio casi policiaco. En este best-seller, culto pero dirigido a un público amplio, Rubenfeld mezcla psicoanálisis y thriller, coloca como telón de fondo el Nueva York de 1909 --el mismo que adorna algunas de las mejores historias de Henry James o Edith Wharton--, añade una curiosa interpretación del célebre monólogo Ser o no ser de Shakespeare y puebla el conjunto con las figuras de Sigmund Freud y su discípulo Carl Gustav Jung, entre otros. De hecho, intenta responder a una pregunta sin solución hasta el día de hoy: ¿qué demonios le ocurrió a Freud en su única visita a Estados Unidos? para que a su regreso llamará a los norteamericanos "salvajes" y diera a entender que allí le había ocurrido algo traumático

La novela especula sobre esa incógnita enlazando los hechos con unos asesinatos de tintes sadomasoquistas a la sombra de la construcción de los grandes rascacielos. "He sido muy preciso en las cuestiones históricas y realizado una investigación exhaustiva en todos los detalles de la novela, pero eso no me ha impedido fabular e inventar muchos personajes", dice Rubenfeld.

Si Freud es el héroe de la historia, a Jung, "una persona perspicaz y muy compleja", le ha caído la responsabilidad de ser el villano. El autor recibe a menudo centenares de correos de fervorosos jungianos quejándose.