Pocos escritores extremeños tienen tanto éxito de ventas y entre los lectores como Jesús Sánchez Adalid (Villanueva de la Serena, 1962). Estos días vive en la vorágine de la promoción de su novela número 18, Los baños del pozo azul, donde vuelve a la Córdoba califal del siglo X. Repite Sánchez Adalid con un escenario que le trae muy buenos recuerdos. Parte de El mozárabe, su novela más exitosa, transcurre en la ciudad del Guadalquivir, en este mismo momento histórico de esplendor para Al Andalus. Pero en esta ocasión, el personaje central de la novela es una mujer, Subh Walad, de origen cristiano navarro, que fue esposa y madre de califas, la máxima autoridad del Islam.

-¿Por qué una novela sobre Subh Walad?

-Porque es un personaje fascinante. Fue la única esposa que se le conoce al califa Alhaquen II, tuvo dos hijos, Abderramán, el primogénito que murió y Hisham, que le sucedería en el trono. Subh Walad era de origen navarro, cristiana, que había venido del norte a Córdoba, como tantas otras. [La madre del propio Alhaquen II, esposa de Abderramán III, también era de origen navarro]. Ella tuvo un poder real.

-¿Se convirtió al Islam?

-No hay indicios, no sabemos si mantenía su religión en privado. Evidentemente, su hijo no era cristiano. Ella se expresa en unos criterios católicos. Los cronistas no lo dicen y menos hace mil años.

-¿Y por qué tuvo tanto poder?

-Porque cuando muere su esposo y su hijo es pequeño, ejerce como regente y encumbra a Almanzor. Ella intentó sacudirse después el poder de Almanzor, algunas crónicas apuntan a que podían ser amantes, pero no lo consiguió, a pesar de que aseguran que tenía mucho carácter. Su historia está envuelta en un gran misterio. Si no hubiera tenido tanto poder, las crónicas no la mencionarían, como no hacían con otras esposas de otros califas.

-¿Cómo llegó Subh Walad a Córdoba?

-Probablemente, enviada por la reina Tota o Toda de Navarra [tía carnal de Abderramán III], que también fue una mujer determinante.

-¿Qué supone para un hombre centrar una novela en personajes femeninos?

-Es un signo de madurez del escritor el abordar, ya sin miedo, los personajes del otro sexo.

-¿Y por qué se llama la novela ‘Los baños del pozo azul’?

-Es un lugar histórico de Córdoba que el lector tendrá que ir descubriendo.

-Por lo tanto, la novela necesita de un lector activo, el autor no se lo da todo hecho.

-Exactamente. Subh Walad está en un encrucijada, su amante, Almanzor, ya está tomando todo el poder, le acechan por un lado y por otro, es un peligro para ella. Su hijo, Hisham, es un pusilánime. Y todo esto lo tiene que descubrir el lector.

-Has escrito 18 novelas, pero se podría decir que hay un antes y un después de ‘El mozárabe’, que en parte se desarrolla en la misma localización y en la misma época, ¿es ‘Los baños del pozo azul’ una continuación?

-Subh Walad ya salía en El mozárabe, pero Los baños del pozo azul no son una continuación de aquella, es más bien una profundización en un personaje en un contexto donde las mujeres no salían en las crónicas y ella sale y protagoniza una época. Toda la historia se desarrolla en un cambio de milenio, finales del siglo X y principios del XI, un momento histórico muy importante. Es fascinante. Hay en el mundo, en el Mediterráneo, tres grandes poderes, Bizancio en el este, el imperio Otón en el norte y el Califato de Córdoba. Es un momento de esplendor cultural.

-¿Cree que este país ha reivindicado ese momento, el Califato andalusí?

-Es un periodo que está lleno de tópicos, hay que profundizar en él porque es muy interesante. Hay una confluencia de religiones, de culturas y no hay que juzgarlo, sino disfrutarlo, porque han pasado mil años.

-Casi todas sus novelas son históricas…

SEnDLa Mediadora, mi antepúltima novela, es de realismo social y se desarrolla en la actualidad.

-¿Y qué es más difícil, escribir sobre el presente o sobre el pasado?

-Es muchísimo más fácil escribir sobre la actualidad porque en la novela histórica tienes que estudiar el pasado y meterte en la mentalidad de la época, si quieres hacer las cosas medianamente decentes, claro.

-Ha recibido numerosos premios y reconocimientos, alrededor de la decena, desde el Fernando Lara de novela en 2007 por ‘El alma de la ciudad’, hasta el Premio de Novela Histórica Alfonso X El Sabio 2012 por ‘Alcazaba’ o la Medalla de Extremadura en 2009, ¿qué suponen y cuál le gustaría recibir?

-Los premios son un reconocimiento de que vas haciendo medianamente bien las cosas, que vas por buen camino y son un incentivo.