El director francés, Jorge Lavelli, estrenó la pasada noche Edipo Rey , el mito clásico de Sófocles, que regresa por decimocuarta ocasión al escenario emeritense, esta vez, bajo la mirada de uno de los dramaturgos más relevantes a escala mundial.

--¿Qué le hizo traer Edipo Rey a Mérida?

--Esta obra se inscribe perfectamente en los espacios que a mi me gustaron del teatro por sus grandes dimensiones. Del proscenio a la orchestra lo he utilizado todo, y ésta última la he unido con el balcón que está incrustado en medio del público. En ese balcón es donde ocurrirán una serie de escenas que cuentan la historia.

--¿Cuáles son la diferencias de este texto sobre el original, si es que las hay?

--Es el mismo texto de Sófocles pero desembarazado de cosas recargadas, además hay algunos detalles que permiten clarificar la comprensión de los personajes. Por otra parte, el coro tiene una actividad muy particular y hemos buscado siempre que todo lo que se dice sea comprensible.

--¿Por qué le atrajo el teatro romano?

--Utilizar el espacio desde la desnudez.

--Entonces, ¿su idea inicial se acopla a este escenario?

--Sí sí, esto mismo ha comportado un trabajo muy laborioso, sin embargo, pudimos pasar del espacio pequeño en donde ensayábamos a este porque, desde el primer día, quedó claro en la mente de los actores. Ese trabajo, intenso y minucioso, con los actores ha hecho que hayan ido progresando en el trabajo teatral, que es un trabajo de concentración y ahuecamiento.

--El elenco de actores coincide en la exigencia de su trabajo y de esta obra. ¿Está de acuerdo?

--La exigencia no impide la libertad. La exigencia está hecha para que el actor se apropie de esas ideas que parten del director. Estamos ante un teatro demostrativo en el que a través de la exigencia el actor encuentre su verdadera libertad, y es ahí, donde el actor es rey, porque, estando dentro de esa estructura, el actor es justo.

--Hace tiempo que se habla de la crisis del teatro clásico, existe tal decadencia?

--Creo que desde que el teatro existe siempre se ha hablado de crisis. Las crisis, a veces, son simplemente los miedos, los sistemas, las dificultades a construir giras, tener al día las infraestructuras teatrales que derivan del poder público. Mérida es un maravilloso pretexto para frecuentar ese repertorio formidable, es el sostén de todo el pensamiento occidental. El teatro griego y el romano han tenido una capital importancia en el teatro europeo, así que, volver a la fuente de ese teatro es una idea elegante, porque olvidarla sería depreciar una parte ejemplar de nuestra cultura.

--Esa fuente de la que habla ¿sigue siendo actual hay día?

--El tema del poder político, el de la culpabilidad e incluso el incesto son temas que muestran al hombre en su conflicto con la sociedad. El hombre social cae en todo tipo de culpas, y crímenes a veces. En esta obra, que tiene 25 siglos, el tema de la culpabilidad del hombre aparece con claridad y es atractivísimo porque todo el mundo puede comprenderlo.

LUGAR DE NACIMIENTO BUENOS AIRES, VIVE EN FRANCIA DESDE 1977

PROFESION DIRECTOR DE TEATRO Y OPERA

PREMIOS GRAN PREMIO DE LAS ARTES ESCENICAS DE PARIS, COMENDADOR DE LA ORDEN DE LAS ARTES Y LA LETRAS CABALLERO DE LA LEGION DE HONOR