El principal objetivo de los responsables de María querida , película presentada ayer a competición en la Semana Internacional de Cine de Valladolid, es la de dar a conocer la figura de María Zambrano (1904-1991) a la inmensa mayoría. En estos términos se expresó el director de la película, José Luis García Sánchez, para quien el filme intenta combinar "la labor creativa sobre la figura de María Zambrano y la función más didáctica". María querida arranca con la muerte de la pensadora y escritora en 1991, un hecho que afecta especialmente a una joven realizadora de cine, personaje de ficción incorporado por María Botto. El relato se construye con los recuerdos de la cineasta, que evoca su relación con Zambrano desde el momento en que la conoció, en una entrevista por la concesión del Premio Cervantes, y durante los meses en los que estuvo trabajando en un documental sobre su vida. Esta historia de ficción se combina con muchas imágenes documentales que nos acercan a la autora de la razón poética de manera doble: el filme se construye con lo que la discípula de Ortega y Gasset evoca en su inventada relación con la directora y lo que se nos muestra documentalmente de ella. El proyecto se concibió inicialmente como un documental, pero al final se modeló en torno a un personaje conductor de ficción, el de la cineasta, que García Sánchez considera "un satélite, ya que arroja luz sobre la figura principal sin que Zambrano tenga que estar siempre en pantalla". Rafael Azcona es el guionista de esta producción que recorre la vida y las inquietudes filosóficas y el compromiso político de la escritora, que vivió 45 años en el exilio, con México, Italia, Francia y Suiza como principales países de residencia. Pilar Bardem logra una de sus mejores actuaciones en el papel de la pensadora.