Risueña, radiante y con unos espectaculares ojos de color azul verdoso que suele guiñar pícaramente cuando se sabe observada por una cámara. Tablas no le faltan, ya que la polifacética Milla Jovovich empezó a ser conocida a los 12 años por aparecer en la portada de la revista The Face. Y es precisamente el hecho de estar tan próxima al mundo de la moda desde hace tanto tiempo lo que ha llevado a la ucraniana a valorar --ayer en Madrid, durante la presentación oficial de la campaña que ha realizado para Mango-- las consecuencias que puede tener la medida adoptada este año por la Pasarela Cibeles, que excluye a las modelos excesivamente delgadas.

"No se puede valorar la salud de una persona por su aspecto físico", explicó. Desde su punto de vista, mientras que el cine tiene las reglas del juego perfectamente delimitadas, "en la moda hay muchos vacíos que sería conveniente regular de acuerdo con todos los implicados".

Además de modelo, esta ya treintañera hija de un doctor serbio y una actriz ucraniana ha participado en una veintena de películas, entre las que destacan El quinto elemento, Juana de Arco o la serie Resident evil . Y por si esto fuera poco, también ha hecho sus pinitos en la música y ha creado una línea de ropa (Jovovich Hawk).

De hecho, ahora se muestra muy ilusionada por esta nueva faceta. "Es el último proyecto en el que me he embarcado y siempre el último es el que hace más ilusión". Sin embargo, apostilla, muy sonriente, que aún le queda algo por hacer en la vida: "solo me falta ser mamá". Y reconoce que tal vez el momento para cumplir este sueño sea difícil de encontrar hoy en día con su ajetreada vida.