El padre, Juanito Valderrama, empujó al hijo, Valderrama, para que dejara sus reticencias y se dedicara a cantar. Mañana actúa en Cáceres con el espectáculo ´Casi boleros´

Cuando Valderrama y sus músicos (Madrid, 1972) ensayaban en estudio el último espectáculo, al final acaban preguntando. "¿Pero esto qué es?". No eran boleros, pero casi. Así que al final, se quedó de esa manera, Casi boleros , el título de los conciertos que el cantante ofrece en gira por diversas ciudades española. En ellos reúne temas propios y clásicos de Machín, de su padre y coplas, con un aire jazzístico. Mañana canta en Cáceres y semanas siguientes lo hará en Almendralejo (11 de diciembre) y Badajoz (16 de enero).

Si no es por su padre, Juanito Valderrama (uno de los grandes intérpretes españoles del pasado siglo), ya podía su hijo estar aún definiendo su futuro. "Yo he intentado hacer lo posible para evitar la música", afirma.

Estudió periodismo, "pero no lograba un lugar fijo, ni estabilidad, ni felicidad". Componía, claro. Solo para los amigos, para las fiestas. A espaldas de su padre. Tanto que éste se enfadó cuando escuchó una maqueta de su hijo, que entonces tenía 27 años.

"Cómo iba yo, siendo hijo de quien era, salir a un escenario", se preguntaba Valderrama. De modo que su progenitor le convenció de que superara su "timidez enfermiza, el pánico, el exceso de responsabilidad", sus complejos filiales y se dedicara a la música. "´Esto es lo que tienes que hacer´, me dijo". Y sobre todo le dijo que le apoyaría. Desde luego que no salió un rockero. "Bueno, aún no ha llegado esa época de mi vida", responde el cantante, que se declara sabinero , de Joaquín Sabina ("es nuestro Bob Dylan"), trianero , de Triana, de Rosendo o de Leño.

Sus sonidos musicales pertenecen al bolero, al flamenco, a la copla. "Mis sentimientos están ahí".

OTROS SONIDOS No entiende que uno opte por versionar el pop o el rock inglés o americano. "Yo me apoyo en lo que aporta España al mundo y abro la puerta a otros sonidos".

De ahí que haga moderna la tradición, como titula su cuarto disco, Moderna tradición . "La tradición está tan olvidada que es moderna. Son pocos los que cultivan lo nuestro, lo autóctono. No se conoce el venero de la tradición". Y en ese trabajo ha encontrado aplausos y críticas. "Algún crítico decía que tenía que decidirme entre Radio Olé y Radio 3". Y él no quiere encasillamientos. "Aquí son muy dados a etiquetar. Pero si a mí me gusta poner una balada y después una soleá, por qué no puedo hacerlo. Esa es mi libertad".

Para ello ha tenido que romper con la empresa discográfica RCA, después de dos discos, y fundar la suya, Kompetencia. "Es que estábamos 400 artistas como si fuéramos de Carrefour, y yo soy más de tienda de barrio. No me dejaban hacer los proyectos que me hacían ilusión, no les parecían comerciales, me negaba a cantar en play-back...".

Así cambió los "comisionistas" por una industria más manejable. "Ahora, si me equivoco me equivoco yo".

Y esto forma parte también de una actitud vital. "He intentado no quedarme quieto". Y el movimiento puede ser su actuación en la película Franky Banderas , o la escritura (junto a su mujer Rosa Peña) de una biografía de Los Chichos.