"¡Ya era hora, querida!". Esto es lo lo que muy posiblemente espetaría Anita Ekberg, quien caminó por el agua en la Fontana de Trevi de Roma con Marcello Mastroianni en 1960 en la película clásica 'La Dolce Vita' al conocer la noticia. La posiblemente fuente la más célebre del mundo, se va a someter al mayor lavado de cara desde que se completara en 1762. Este proceso de restauración fue presentada por un hombre que también utiliza mucho la palabra querida: el diseñador de moda Karl Lagerfeld.

Lagerfeld es director artístico de Fendi, la casa de moda de lujo italiana que llevará a cabo los trabajos de restauración por un total de 2,2 millones de euros.

"Creo que es una gran idea y un gran proyecto. Esta fuente es un símbolo de Roma como el Coliseo y la Plaza de San Pedro y estoy contento de que todos podamos ayudar", dijo Lagerfeld, quien vestía una chaqueta de cuello alto negra, guantes de encaje negros y gafas de sol negras.

La restauración, que durará 20 meses, limpiará la fuente, que cubre la fachada entera del Palazzo Poli de Roma con sus alegóricas estatuas de Tritons guiando el carro del dios Oceanus que ilustra el tema de la domesticación de las aguas.

La restauración eliminará los depósitos de calcio, limpiará las estatuas, comprobará la resistencia del acero sobre los que se asientan, se aplicará un nuevo material de sellado a la cuenca, se arreglarán fugas, se instalarán nuevas bombas y trabajos eléctricos además de añadir nuevas barreras para mantener lejos a las palomas.

Pero los turistas no tienen porqué preocuparse... o solo en una tercera parte ya que sólo un tercio del monumento estará cubierto por andamios al mismo tiempo.

La última restauración se hizo hace unos 25 años pero responsables dijeron que las nuevas técnicas desarrolladas desde entonces harán que esta sea la mayor limpieza a fondo que recibe la fuente en sus 251 años de historia.

"No hay turista en el mundo que no sueñe con estar delante de la Fontana de Trevi al menos una vez en su vida", dijo el alcalde de Roma Gianni Alemanno.

Los turistas podrán seguir lanzando monedas en la cuenca, una tradición que según dice, asegura volver a la Ciudad Eterna. "Lanzar una moneda a la fuente es un rito y un derecho", dijo Umberto Broccoli, superintendente del patrimonio cultural de Roma.