El cantante de The Prodigy, Keith Flint, fue hallado muerto ayer en su domicilio en la localidad de Dunmow, en Essex (Inglaterra). El artista, figura icónica de la banda de música electrónica con estridente actitud punk, tenía 49 años.

Un portavoz de la policía de Essex explicó que acudieron a la casa del músico alertados por una llamada preocupada por el bienestar de un hombre poco después de las 8.10 horas de la mañana. «Al llegar, un hombre de 49 años ha sido declarado muerto en el lugar. Sus familiares han sido informados», añadió. «La muerte no está siendo tratada como sospechosa», añadió.

Poco después The Prodigy confirmó la defunción de Flint con este mensaje en su cuenta de Twitter: «En estado de choque y con la más profunda tristeza confirmamos la muerte de nuestro hermano y mejor amigo Keith Flint. Verdadero pionero, innovador y leyenda. Se le echará de menos eternamente».

Solo un poco más tarde Liam Howlett, fundador de The Prodigy en 1990, confirmó vía Instagram los rumores de que la muerte había sido un suicidio. «La noticia es cierta, no puedo creer que esté diciendo esto pero nuestro hermano Keith se quitó la vida durante el fin de semana», escribió.

Howlett creó The Prodigy en pleno boom de la cultura rave en el Reino Unido, justo después del despegue de esa escena en 1988 y 1989, etapa conocida como el segundo verano del amor. Su amigo Flint fue enrolado en el proyecto como uno de los tres bailarines (todos hombres, lo cual no dejaba de ser una rareza e incluso una declaración de principios) que animaban los shows de The Prodigy, al fin y al cabo en esa etapa naciente de la nueva música de baile un productor (Howlett) con unas máquinas. Otras formaciones de la misma quinta optaron por camuflar su ausencia de sentido del espectáculo con muchas luces.

EL AS EN LA MANGA / Flint fue el as en la manga de Howlett para solucionar ese problema. En el tercer disco largo de The Prodigy, The fat of the land, pasó a hacerse cargo de la voz en varios números, entre ellos el bombazo planetario Firestarter. Había nacido The Prodigy tal y como lo conocemos, con el intimidatorio Flint como frontman. Su maniaca interpretación en el videoclip de Firestarter causó quejas paternas y algunas televisiones acordaron no emitirlo antes de las nueve de la noche para evitar pesadillas a los niños.

El último disco de The Prodigy es The tourist, editado en noviembre del año pasado. Como casi todos sus álbumes anteriores, alcanzó el número uno en las listas de éxitos británicas.

El grupo tenía previsto iniciar en mayo una gira que en julio debía recalar en en el renacido Doctor Music Festival, en Escalarre.

Las drogas siempre jugaron un papel importante en la actitud transgresora de Flint y el nunca ocultó su afición a ellas.