-¿Qué sensaciones tiene al volver a actuar en Mérida?

-Los nervios son los de siempre. Parece que por tener más experiencia los nervios se te quitan, pero al contrario. Todavía hay más sentido de la responsabilidad por ser productor y eso te genera una tensión para estar a la altura del festival más importante del país, a la altura de las piedras que vamos a pisar y querer hacer un espectáculo redondo con mucha calidad. Además, es el año que hay que venir a Mérida. Implica valentía, riesgo, trabajo duro con todo lo que lleva este año, porque lo fácil era no hacerlo este año, por lo que me parece un acto heroico.

-Con su experiencia, ¿qué siente cuando, desde el escenario del teatro romano, ve al público?

-Aquí es que se ve y si toca luna llena, se ven hasta los ojos de la gente. En teatros cerrados no los ves, pero aquí esa conexión es increíble. Ves los abanicos, este año veremos muchas mascarillas, ves el disfrute y el ambiente festivo del teatro aunque estés presenciando un drama. Venir al festival se convierte ya no solo en un hecho cultural, también festivo, y es impresionante estar sobre el marco incomparable del teatro porque se disfruta muchísimo.

-Tercera visita y la tercera también como productor...

-A mí me gusta producir, sobre todo lo que no me gusta es esperar a que suene el teléfono. Me gusta tener esa iniciativa y ser motor de mis proyectos. Es una parte emprendedora que tengo ahí y tiene una parte de riesgo y de quebraderos de cabeza, pero este año ha sido mucho más complicado. Todo el trabajo previo se realizó en dos semanas por la situación y por eso quizás no disfruté tanto como en las ocasiones anteriores.

-¿Qué veremos en esta versión de ‘Anfitrión’?

-Es una versión muy distinta sin perder nada de la esencia de Molière. Juan Carlos le ha dado una vuelta a los personajes femeninos que en la versión de Molière, y ya no te cuento en la de Plauto, eran meros peones al servicio de los hombres, eran mujeres vapuleadas y utilizadas de mala manera. Aquí la mujer tiene mucho que decir, toma sus decisiones de qué quiere hacer, con quién quiere estar y posicionarse ante los engaños. Veremos mucha suplantación de identidades, los dioses se hacen humanos y se gustan más. Casi renuncian a quienes son.

-¿Cómo es trabajar con un reparto elegido por usted?

-Al ser productor tienes la oportunidad de elegir con quién trabajar. En esta ocasión son las primeras opciones de cada personaje. A pesar del trabajo que tienen todos, haces una lista con reservas pero en este caso es el que me imaginaba, el que quería. Trabajar con ellos es disfrutar y acabar la función e irte con ellos a tomar una copa y ser amigos es maravilloso. Sabíamos que sería difícil compaginarlo todo, pero creo que tanto nosotros como los espectadores vamos a disfrutar muchísimo de la obra.