Han pasado siete años desde su último largometraje, La gran familia española. Durante este tiempo, Daniel Sánchez Arévalo ha dirigido cortos, ha sido finalista del Premio Planeta en el 2015 con La isla de Alice y se ha alejado de Madrid para irse a vivir a la vecina localidad de Galapagar. Ahora estrena en San Sebastián Diecisiete, una road-movie para Netflix que se centra en la relación entre dos hermanos lastrados por el sentimiento de orfandad que se embarcan en un viaje físico y emocional de redescubrimiento.

-¿Qué ha pasado desde La gran familia española hasta Diecisiete? Porque se percibe un cambio radical de perspectiva.

-Lo que ha pasado es que he vivido. Para contar mis historias necesitaba espacio, tiempo. Entre cada una de mis película apenas pasaba un año y medio. Eso significa no parar y tenía la necesidad de parar y reflexionar sobre qué camino quería seguir. Entonces fue cuando me di cuenta de que tenía que reconectar con mis orígenes, pero con la experiencia y la madurez acumulada.

-Sus películas estaban muy construidas, eran muy corales y parecían algo artificiales.

-Estoy de acuerdo, mis pelis estaban muy abigarradas, eran muy de guionista, porque soy guionista en esencia, pero con la edad he ido aprendiendo a dejar más espacio a los personajes y a no estar tan obsesionado con la trama.

-Uno de los temas que trata la película es la incomunicación.

-Mis personajes hasta el momento habían sido muy verborreicos y aquí era todo lo contrario, entre los dos hermanos hay una barrera física, verbal y emocional. Esto me angustia en los tiempos que corren, porque no nos ponemos de acuerdo, no nos entendemos, estamos más divididos que nunca, y es muy frustrante.

-¿Qué le ha aportado Netflix para hacer una película con ellos?

-Netflix se convirtió en el compañero de viaje ideal, se leyeron el guion y decidieron apostar. No hubo injerencia, hice un cásting de caras desconocidas y fueron los únicos que entendieron la naturaleza del proyecto.

-¿Hay un tipo de cine que ya no tiene cabida en la industria?

-Tengo la sensación de que la industria está todo el rato buscando productos, fórmulas más que películas, y se están olvidando de contar historias.