No partía como la gran favorita, pero se convirtió en la reina de la noche. Si usted, lector, todavía no ha visto La soledad sepa que todavía está a tiempo de verla y emocionarse con la mejor película española del 2007, aunque no sea precisamente la más taquillera. La cinta de Jaime Rosales se llevó ayer el Goya al mejor filme y al mejor director desbancando a sus grandes rivales, El orfanato, Las trece rosas , y Siete mesas de billar francés . Mientras, El orfanato obtuvo siete de los 14 galardones a los que estaba nominada, incluido el de mejor dirección novel. Su protagonista, Belén Rueda, se quedó sin la estatuilla, que recayó merecidamente en la hasta ahora eterna candidata a los galardones: Maribel Verdú.

El cine made in Spain está vivo. Así se demostró ayer en la 22 gala de los Premios Goya, que se celebró en el Palacio de Congresos de Madrid bajo una intensa y esperada lluvia. El glamuroso acto sirvió para arropar a unos profesionales que están muy necesitados de mimos tras el descalabro de público del 2007 (casi seis millones menos de entradas vendidas). Durante la gala, Jaime Rosales se coronó como el mejor director por La soledad . Su nombre --que no era el más esperado por el público-- se impuso definitivamente al de Icíar Bollaín, Gracia Querejeta y Emilio Martínez-Lázaro.

Alberto San Juan y Maribel Verdú --por fin, después de cinco nominaciones-- se llevaron los Goya a la mejor interpretación masculina y femenina. Verdú se impuso a las otras candidatas: Blanca Portillo, Emma Suárez y Belén Rueda. "No tenía nada preparado, como siempre", explicó emocionada Verdú, que resucitó en el 2006 gracias a la oportunidad que le brindó Guillermo del Toro en El laberinto del fauno . Mientras, el siempre reivindicativo Alberto San Juan --el macarra protagonista de Bajo las estrellas -- dedicó su galardón al fin de "esa cosa que se llama Conferencia Episcopal".

Alfredo Landa recogió el Goya honorífico a toda su carrera de manos de Miguel Rellán y José Sacristán. El actor, que un buen día de 1958 llegó a Madrid con 7.000 pesetas en el bolsillo y muchas ganas de hacer cine, provocó un largo aplauso con el que el público se puso en pie tres veces. "No sé cómo decir gracias", dijo antes de empezar un discurso del todo inconexo. "Tengo tanto dentro... No me puedo expresar bien, no sé qué me pasa", concluyó el actor, que ha decidido retirarse de los escenarios. Sus incoherentes palabras tuvieron una acertada respuesta en José Corbacho: "Con dos cojones, maestro Landa".

El Goya al mejor actor revelación recayó en las manos de José Luis Torrijo por La soledad .