El investigador flamenco Luis Javier Vázquez Morilla (Morón de la Frontera, Sevilla, 1971) tras más de diez años de investigación, búsqueda en hemerotecas y descubrimientos en internet, publica el libro: ‘Silverio Franconetti y Los Fillos. Un viaje por la historia del Flamenco’. Un estudio minucioso sobre el mítico Silverio que al margen de su faceta empresarial, era un cantaor largo y completo y ya hoy, un mito en la historia del flamenco. Pero no solo habla de Franconetti, también de Los Fillos y la mujer de uno de ellos, la cantaora ‘La Andonda’ de los que tan poco se ha escrito y estudiado hasta ahora. Es para este joven escritor, su segunda obra, ya que en 2015 dedicó el estudio a la figura de Diego Bermúdez Cala: ‘El Tenazas de Morón. Eso es cantar por derecho’. Si para aprender flamenco hay que saber escuchar, para seguir manteniendo la actitud de respecto ante este arte, también hay que saber leer. Si me aceptan un consejo, no estaría mal empezar por este libro que hoy les presento. Pasen y lean.

—Después de tantos años de investigación, para usted, ¿quién es Silverio Franconetti?

—Silverio es el personaje más trascendental de la historia del flamenco. Supo venderlo, vio que había un género artístico que no estaba creado y supo ver el valor del flamenco. Es incierto que sacara el flamenco de las tabernas, antes ya estaba ‘El Planeta’ cantando en Cádiz sobre los escenarios, pero si es cierto que fue el que profesionalizó el cante, el que pagaba a los artistas. No era lo mismo contar con un sueldo, que les permitía seguir sacando falsetas y profesionalizándose…, al margen de la riqueza que generaba esa convivencia y competencia entre las distintas escuelas. Llevabas a un cantaor de Cádiz, Badajoz…, toda esa competencia conlleva perfeccionamiento, y eso da vida al cante, al baile o a la guitarra.

—¿Existe el Silverio del siglo XXI?

—Bueno, hoy en día disfrutamos de la labor que hizo Silverio: convertir el género en espectáculo flamenco y eso ya está hecho, ahora lo que hay que hacer es continuarlo. En el flamenco ya hay cientos de ‘Silverios’ que afortunadamente, siempre van a defender la dignidad del artista por principios. Silverio antepuso la dignidad del artista flamenco ante todo. Por empresario y por cantaor. En él se dio el convertirse en el ‘Rey de los Cantaores’ (en 1865 ya existía un cartel en Cádiz que le denominaba así), que se sumaba a su vertiente empresarial.

—518 páginas y 14 capítulos donde se desgrana la historia de Silverio y algo de luz sobre Los Fillos…

—Han sido más de diez años de investigación, hemerotecas, viajes.., y todo durante las vacaciones y los días libres…, pero hay que ponerse una fecha de entrega y aquí está. Hoy por hoy le hubiera metido 20 páginas más… Es extenso porque aparte de la historia de Silverio también hablo de Antonio Ortega, ‘El Fillo’ viejo. Francisco Ortega Vargas era el que estaba considerado como el auténtico ‘Fillo’, el marido de la cantaora ‘La Andonda’, pero en realidad era el hijo del ‘Fillo’ primigenio, por llamarlo así.

—¿Quién es Silverio para la historia del flamenco?

—Silverio no es solo un personaje trascendental en la historia del flamenco, sino uno de los principales. Él fue el padre del flamenco como género artístico, fue un visionario. Antes de que viniera de América, él ya era famoso, pero al llegar a Cádiz el ya tenía claro que el cante había que venderlo. Antes, se cantaban uno o dos cantes, y con Silverio en los Festivales, se empezaron a cantar seis, siete…, más cantes. Silverio era consciente del valor del cante flamenco. Luego comenzó el espectáculo, las Compañías, el primer Café..., como decía Demófilo: fue él el creador.

—¿Qué curiosidades ha aprendido tras tantos años de investigación?

—Respecto a los ‘Fillos’ se creía que solo había uno, y se descubre que hay un padre y un hijo. Lo cierto es que son vidas novelescas, fíjese, un hermano del ‘Fillo’, Curro Paula, murió asesinado. Hay incluso algunas letras flamencas que aluden a este hecho, por ejemplo, ésta que cantaba Antonio Mairena: ‘mataste a mi hermano, no te he de perdonar, tú lo has matado liado en tu capa, sin ‘jacerte ná’’. La cantaba Don Antonio pero se le atribuye al ‘Fillo’. Curro se ganaría la vida errante y lo mataron en Cantillana (Sevilla), dicen que lo hizo un novio despechado, o un cantaor que le llevó la contraria en una fiesta…, lo que es evidente es que murió de forma violenta como lo atestigua una partida de esa localidad. Al ‘Fillo’ padre, por ejemplo, también lo arrestaron por algo que no hizo ya que, al año siguiente, se descubrió que no había sido él, sino un gitano. Llevaban una vida de leyenda, una vida novelesca. Vivían entre el campo, navajas, y herrerías…, es fascinante, y todas las leyendas tienen un poso de verdad en sus entrañas.

—Se le atribuye a Silverio aquello de ‘Detrás de mi tiene que nacer el que cante…’, ¡qué seguridad más grande! (nos reímos)

—Bueno, es una anécdota que se cuenta. Parece ser que una vez en el Teatro de La Bolsa en Madrid, creo que fue, pusieron a Silverio en el espectáculo a cantar de los primeros, frente, se cree, a Juan Breva y de ahí la frase ‘detrás de mi…’

—¿Y cree que lo conseguiría?

—Seguro que sí, porque con el carácter que tenía…, ¿sabe que Silverio tuvo un Café en Extremadura? La última aventura flamenca de Silverio Franconetti fue en Badajoz. Fue allí donde terminó su aventura empresarial. Lo inauguró el 21 de febrero de 1889, coincidiendo con los carnavales. El llevó allí, en el Teatro Principal o Teatro del Campo de San Juan a artistas de la talla de ‘La Parrala’, o María Malbido, bailaora que luego se convertiría en la mujer de Fosforito…, a penas estuvo poco más de un mes porque lo cerraron el 30 de abril por numerosas multas…, tenga en cuenta que a los café cantantes, a los espectáculos flamencos en aquella época, no solo había aficionados al cante, también había mucho aficionado a la juerga…, y fue allí en Badajoz, donde finalmente tiró la toalla a nivel empresarial .H