Un general británico retirado, sir John Kiszely, puede haber identificado en su casa la última fotografía -herida de muerte o ya fallecida- de la primera mujer fotoperiodista caída en un campo de batalla, Gerda Taro. Hijo de un médico húngaro que sirvió con las Brigadas Internacionales, Kiszely compartió esta semana en Twitter una fotografía de su padre atendiendo a una mujer herida durante la batalla de Brunete, en 1937. Al poco, otro usuario de la red social le advirtió de que muy probablemente esa mujer era la fotógrafa alemana, que fue atropellada por un tanque en el transcurso de esa batalla del frente de Madrid. Y todo parece confirmarlo: no solo la coincidencia de momento y lugar y la similitud de las facciones apuntan a ello, sino que el reverso de la foto incluye una información prácticamente definitiva.

Kiszely, de hecho, compartió la imagen de su padre, «un joven doctor con las Brigadas Internacionales en la guerra civil española». Antiguo comandante de la guardia escocesa de la Reina, de la séptima brigada blindada y de la primera división acorazada del Ejército británico, sir John Kiszely es un veterano condecorado de las guerras de las Malvinas, Bosnia e Irak, y hasta su jubilación, en el 2008, fue director de la Academia de la Defensa del Reino Unido. Desde entonces se ha dedicado a la historia militar. Precisamente, el gestor de la cuenta de una institución con la que colabora fue quien le apuntó que la mujer de la foto, a la que él no había identificado, parecía ser Gerda Taro.

A petición del periodista de Televisión Española Carlos del Amor, el general Kiszely ha mostrado el reverso de la fotografía. Y allí está escrito que la persona «muerta en Brunete» y atendida por su padre en Torrelodones es la «señora Frank Capa» del medio francés «Le Soire de París». Taro, compañera del fotógrafo Robert Capa (de hecho, este seudónimo inspirado en el nombre de Frank Capra lo compartieron durante los primeros meses de la guerra tanto el fotoperiodista húngaro, de nombre real Andre Friedmann, como su compañera alemana Gerta Pohorylle, aunque finalmente se lo apropió su compañero y ella empezó a reivindicarse firmando con su propio seudónimo, Gerda Taro, también de resonancias cinematográficas), efectivamente publicaba sus fotografías en medios como Regards, Vu y Ce Soir.

«Para mí era la fotografía de mi padre atendiendo a otra persona. Nunca me había fijado en el reverso de la fotografía hasta que la he recuperado ahora», ha explicadoa este diario Kiszely, que recibió esta imagen hace unos 30 años. «Después de la muerte de mi padre fui invitado a una reunión de excombatientes de las Brigadas Internacionales. Reginald Saxton (un conocido médico de origen sudafricano que desarrolló un pionero sistema de transfusiones durante la guerra) me la dio, pero nunca presté atención a la parte de atrás. Y él no me dijo nada sobre la identidad de la mujer. De hecho, Gerda Taro es conocida en España, pero no en el Reino Unido, así que tuve que buscar quién era. Ignoraba que fuese una figura tan inspiradora e icónica».

Aunque su padre habló raramente con él de su experiencia en España, sí fue objeto de una larga entrevista para el programa de memoria oral del Imperial War Museum de Londres. Tampoco él hacía allí ninguna alusión a la figura de Taro, pero sí queda claro que sirvió en los hospitales del frente de Madrid que atendieron a los heridos en la batalla de Brunete.

Contactada por Televisión Española, la biógrafa de Gerda Taro, la alemana Irme Schaber, se ha confesado «impresionada» por la imagen y afirma que es «altamente probable» que se trate de la fotógrafa. El 23 de julio de 1937, Gerda Taro se dirigió al frente de batalla de Brunete con las tropas republicanas, entonces victoriosas, acompañada del canadiense Ted Allan. Pero cuando se desencadenó la retirada, Taro se tuvo que colgar del exterior de un vehículo para huir, y tuvo el infortunio de caer y ser atropellada por un tanque soviético. Trasladada al hospital de campaña, murió en las primeras horas del 26 de julio, víctima de gravísimas heridas internas.

De hecho solo restan un par de detalles por encajar: aunque toda la información sobre las circunstancias de su muerte la sitúan en el hospital de campaña de El Escorial, en la fotografía del doctor Kiszely se hace constar que Taro fue atendida en la localidad, muy cercana en cualquier caso, de Torrelodones. Por otra parte, el reverso de la foto la sitúa en junio de 1937, en lugar de julio. «Creo que la escribió Reginald Saxton, y es fácil, aún más en español, confundir julio y junio», apunta Kiszely.

El doctor Kiszely llegó a España nada más licenciarse como médico con la Cruz Roja. Tras salir del país, Hungría le negó la entrada por haber colaborado con las Brigadas Internacionales, por lo que se exilió al Reino Unido, donde ejerció como médico generalista en Londres y la isla de Wight. Gran amigo del médico catalán Moisés Broggi durante la guerra, prometió no volver a España hasta la muerte de Franco, promesa que cumplió.