La escritora Doris Lessing convirtió su discurso de aceptación del Nobel de Literatura 2007 en una defensa de la lectura y la educación, de la que quedan excluidos muchos talentos, que nunca lograran el galardón. Con un texto titulado Cómo no ganar el Premio Nobel , la autora comparó la penuria material del país donde creció, Rhodesia, la actual Zimbabue, "donde todo el mundo pide libros", "las escuelas no tienen material escolar y los profesores tienen que se guardarse la tiza en el bolsillo para evitar que la roben", con la abundancia de los centros educativos de Occidente, unos países privilegiados donde "los libros formaban parte de la cultura general" aunque hoy los alumnos, pendientes de los ordenadores, se interesan cada vez menos por la literatura.

"Si los niños no saben leer, es porque no leen", afirmó, pocos días después de que el informe PISA haya reflejado también un espectacular bajón en el nivel de lectura de los estudiantes británicos.

Problemas de salud impidieron a Lessing, de 88 años, viajar a Estocolmo y fue su editor británico, Nicholas Pearson, quien leyó el discurso en su nombre. "Vivimos en una cultura fragmentada, donde las certidumbres de hace tan sólo unas décadas son cuestionadas y donde es común que los jóvenes, que han tenido años de educación, no sepan nada del mundo, no hayan leído nada y sólo sepan de una u otra especialidad, como, por ejemplo, de ordenadores", afirmó la laureada. La escritora, cuyas más hermosas obras están inspiradas en la antigua Rodesia, aprovechó la ocasión para denunciar una vez más, "el régimen de terror instaurado por Mugabe".