El director general del Libro, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Cultura, Rogelio Blanco, replicó ayer a los lamentos de los responsables del sector afirmando que la industria del libro en España, "goza de buena salud". "No estoy de acuerdo con la situación de alarma que han lanzado algunos libreros y editores", añadió. "Hay que ser cauteloso, pero catastrofista, no".

Con estas declaraciones a la agencia Efe, Rogelio Blanco respondía a las reclamaciones realizadas el pasado martes por el presidente de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE), Emiliano Martínez. Durante la inauguración de Liber, la feria internacional del libro 2005, Martínez pidió al Gobierno acciones para hacer viables la edición y las librerías. Las medidas que solicita no son tanto subvenciones como una nueva ley del libro que regule el precio fijo y la gratuidad de los libros de texto así como la competencia de las grandes superficies cuyos descuentos perjudican a las librerías.

Blanco y Martínez coincidieron en la pujanza de las exportaciones de libros, un sector en el que España ocupa el cuarto lugar, así como que la principal debilidad está en el mercado interior.