El periodo del sovietismo fue ominoso para millones de personas. En cada caso (fueran campesinos ucranianos, escritores satíricos o funcionarios de cheka) una razón política demediada los condujo al paredón de fusilamiento, a la reclusión en un espacio donde las temperaturas alcanzaban 45 grados bajo cero o al silencio. Conocemos mejor la represión de escritores como Babel, Pilniak o Platónov, en territorio soviético, que la de los de países satélites de la entonces Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. En los últimos años, varias editoriales españolas, especialmente Acantilado, han ido recuperando la obra de autores de la Europa del Este (Adam Zagajeksvi, Aleksandar Tisma o Ivan Klima), lo que ha permitido reconstruir de un modo más comprensivo la historia de la literatura europea del siglo XX.

A los nombres citados se suma el de la rumana Ana Blandiana. La editorial extremeña Periférica publicó Proyectos del pasado en 2008 y ahora rescata Las cuatro estaciones . Blandiana nació en Timisoara en 1942. Su padre fue acusado de conspirar contra el estado y permaneció en prisión seis años muriendo poco después. Como "hija de un enemigo del pueblo", se le prohibió publicar tras la aparición en 1959 de su primer poema en una revista. En 1963 se le levantó el veto y aparecieron su primeros poemarios. En esos años trabajó como periodista, y en 1977 publicó los poemas de El sueño dentro del sueño y Las cuatro estaciones , después de ser inicialmente censurado por "sus tendencias antisociales".

El libro contiene cuatro relatos, protagonizados cada uno de ellos por una mujer, y pueden leerse como visiones del totalitarismo comunista. Lo irreal, lo extraño, como si el personaje entrara en un sueño, constituyen su paisaje, ya sea el del hallazgo de una capilla poblada de mariposas, el de una periferia de ciudad vacía, el del fin del mundo que anuncia la disolución del sol o el del rescate de unos libros en una casa donde viven una anciana y un hombre que nunca aparece. El tema común de estas historia, apunta en el posfacio su traductora al español, Viorica Patea, es "la agresión de la conciencia y de los valores éticos por una fuerza impura, promiscua y ambigua que mancilla y confina la autenticidad de la vida"