Olvídense de Argentina. EEUU se ha convertido para los editores españoles en el segundo mercado de exportación de literatura en español (no traducida) en América, sólo por detrás de México. Y el fenómeno se ha confirmado en los cuatro primeros meses del año, cuando las cifras de venta ya han alcanzado el total de lo recaudado en los 12 meses del 2006, 25 millones de euros.

Las perspectivas de que los números sigan creciendo en un país donde más de 40 millones de hispanos conforman la mayor minoría demográfica dan pie al optimismo. Y esa es la sensación que destilan los representantes de las editoriales e instituciones culturales y comerciales que han participado este fin de semana en Nueva York en la Book Expo America, la mayor feria del libro de EEUU, donde la presencia española ha batido su marca.

"Hasta hace tres años nuestro mercado lo formaban ante todo angloparlantes y el circuito universitario y a esta feria venían 20 editores", dice Antonio Avila, director general de la Federación de Gremios de Editores de España. "Este año han venido casi 80 y pese a que la fortaleza del euro juega en nuestra contra, se cumplen los objetivos de crecimiento". Hay varias claves para entender el auge de la literatura en español en EEUU y quizá la principal sea la entrada en juego de las bibliotecas públicas, que crean departamentos de literatura en español para satisfacer a la población inmigrante.

UNA GUIA ESENCIAL Fueron las necesidades de esas bibliotecas, así como las de libreros, cátedras universitarias y distritos escolares y traductores, las que impulsaron la elaboración de la Guía esencial de lectura en español , una bibliografía de 500 títulos que se presentó el jueves en Nueva York. Estructurada en cinco secciones (literatura y ficción, poesía y drama, no ficción, referencia e infantil y juvenil), incluye de clásicos a best-sellers, omite referencias comerciales, se ha editado en inglés y se repartirá gratis. De esta guía, la cadena Barnes & Noble ya ha pedido 18.000 ejemplares.

"Esta sociedad ha de responder a que se está convirtiendo en un país bilingüe", analiza Eduardo Lago, director del Cervantes en Nueva York, que ratifica que "la demanda de literatura en español deja atrás a la de cualquier otro idioma", en un fenómeno de "cualificación de la demanda cultural".