Sentir y ver. Ese es el objetivo de Flamenco en el Backstage de Pablo Rubén Maldonado, el artista multidisciplinar que a través de su piano muestra cada sábado al público, en el aula número 5 del Centro de Danza Amor de Dios de Madrid, que el flamenco que se escucha, se palpa, se siente y eriza el alma es el que consigue llegar un poco más allá del concepto escenario-público. Lejos de los grandes espacios y formalismos, Rubén Maldonado, uno de los mejores pianistas de flamenco del mundo, siente y se deja sentir frente a un público que le rodea y con el que conversa con cada nota y con cada experiencia. Pablo Rubén Maldonado es sencillo, cercano y humilde. Será por eso, y por su formación académica y experiencia, por lo que está llamado a ser un imprescindible Hoy por hoy, lo tiene todo. A seguir luchando entonces.

-¿Qué guarda en el ‘Backstage’ de su flamenco?

-En mi Backstage se refleja mi espíritu, mi concepción del flamenco, esa libertad que abraza el flamenco en sus orígenes, la improvisación, esa necesidad de buscar nuevas fórmulas que den identidad al piano dentro del flamenco sin imitar a la guitarra. Mi Flamenco en el Backstage’ s el espacio donde puedo experimentar y probar cosas nuevas. Para los artistas que invito es un espacio que da mucho juego creativo.

-De familia gitana y flamenca, ¿cómo se introdujo el piano en un entorno tan cabal?

-Pues a través de mi padre, ya que él es un gran aficionado al flamenco y a la música, además toca el piano un poco y fue él el que me mostró los primeros pasos en este arte.

-El creador de la zambra granadina, Antonio Cujón es familiar suyo, ¿Se identifica más como creador que como intérprete?

-Me identifico con las dos facetas: con la de creador y con la de intérprete, ya que la una está ligada con la otra, aunque ya que me lo pregunta, lo cierto es que me considero más creador porque me gusta contar mis propias experiencias. La tradición la tengo como pilar en mi música, pero no solo el flamenco sino también la música clásica y otras muchas músicas que me apasionan.

-¿Qué supuso para usted su primer trabajo ‘Almanjáyar’?

-Supuso experiencia como compositor, el enfrentarme al estudio de grabación y aprender de la experiencia enriquecedora que es dejar grabada tu obra. Supuso sentir y vivir la dureza de la auto-producción y a la misma vez la satisfacción de poder hacer lo que te dé la gana sin que nadie te imponga nada. Pero por supuesto me supuso darme a conocer en la escena artística.

¿Qué impresión le produjo sentarse con apenas cuatro años frente a un piano?

-Recuerdo que sentí lo que debe sentir un niño, lo más importante que debe de ser para un niño la música: algo muy divertido y gratificante.

-¿Qué aporta el flamenco de Rubén Maldonado al piano?

Creo que lo que me diferencia de otros pianistas es que no imito a la guitarra. También, otros recursos melódicos, armónicos y rítmicos que debido a la construcción y concepción de este instrumento, me ha permitido desarrollar otros caminos también validos como los de la guitarra, e incluso a veces mejorados, aunque también he de decir que en algunos estilos la guitarra me sigue gustando mucho más. Hay que tener en cuenta que el piano lleva muy poco tiempo en este género y eso conlleva cierta dificultad y trabajo añadido.

-¿Cree que puede llegar a prostituirse este romance tan elegante entre el flamenco y el piano, como a veces ha ocurrido con el cante hondo, con interpretaciones más comerciales?

-No me gusta predecir nada, cada cual con su camino. No veo que sea malo el hacer temas para que sea más fácil llegar a la audiencia, siempre y cuando sea una puerta para acercarlos al flamenco. Creo que un artista debe de hacer lo que realmente le apetezca de verdad, aunque siempre como en la vida misma, hay excepciones.

-Le hemos escuchado acompañando a la también pianista flamenca María Toledo, antigua alumna suya y que hace poco nos ha acompañado en El Periódico Extremadura, ¿existe el género a la hora de interpretar?, ¿se toca en femenino?

-Por supuesto, que existe el género a la hora de interpretar y de tocar. Tenemos maneras diferentes de sentir y eso me encanta. Es buenísimo para el arte. Me parece fantástico que haya mujeres pianistas en el flamenco, además varias de ellas tomaron clases conmigo: María Toledo, Laura de los Ángeles o Arianna Castellanos. Todas tienen trabajos discográficos en la calle y se están haciendo su hueco en la música. Me siento muy orgulloso.

-Premio nacional Flamenco Hoy 2011 por su trabajo ‘Fuera de la realidad’, y un año antes premiado también por la música en uno de los cortos seleccionados en el Festival Flamenco de Cortometrajes. Sin duda, es usted un artista ‘largo’ como diríamos los aficionados, ¿no es así?

-La verdad es que todo lo que esté relacionado con la composición me apasiona. El mundo audiovisual siempre me ha encantado, de hecho la fotografía y el vÍdeo son mis otras debilidades, aunque no les puedo dedicar todo el tiempo que quisiera. Mi próximo proyecto es un DVD realizado íntegramente por mí, y espero de verdad poder presentároslo lo antes posible.

-¿A dónde le gustaría llegar?

-Al alma de todas las personas.

-¿Ya ha creado la obra que defina a Pablo Rubén Maldonado?

-No lo sé, creo que eso lo debería de contestar el público.

-¿Qué es lo más triste del éxito?

-¿Qué es lo más triste del éxito? Pues depende lo que uno entienda por éxito. Para mí es tener amor, salud y poder dedicar tu vida a lo que más te gusta. Ese es el verdadero éxito.