Oscar Wilde decía que le gustaban los hombres con futuro y las mujeres con pasado. La frase le sentaría como una guante a la pareja que forman Gina Lollobrigida, de 79 años, y Javier Rigau, de 45. La diva del cine italiano compareció ayer ante la prensa en Sevilla, casi dos meses después de anunciar en ¡Hola! que pensaba casarse con un hombre 34 años más joven que ella. "¿Qué me gusta de Javier? Pues que sea español está muy bien, pero que sea mucho más joven me gusta más", dijo ante un centenar de periodistas en el Salón Internacional del Caballo (Sicab).

La protagonista de Fanfan la tulipe se hizo esperar. Llegó 45 minutos tarde y con el rostro contrariado por la lluvia que caía sobre la capital hispalense. Sin embargo, como esas muñecas que bailan al son de las palmas, la actriz casi octogenaria se reanimó al recibir el primer aplauso. Tras leer un manifiesto en contra de los programas de televisión que se dedican a escarbar en el pasado de Rigau, la "artista" se consagró a hablar de sí misma.

"El amor es una cosa muy importante, no se puede vivir sin él. Se puede amar a una persona y después a otra. También se puede amar al trabajo. Yo no sé vivir sin trabajar", confesó. Lollobrigida se mostró enérgica y reclamó a las cadenas de televisión que dejen en paz al empresario barcelonés con el que se unirá en matrimonio el próximo 27 de enero en Roma. "Yo, por mi carrera, estoy acostumbrada a tratar con los medios de comunicación, pero la familia de Javier no lo está", dijo.

CENA CON ORTEGA CANO Rigau acompañó a Gina el viernes, cuando llegó a Sevilla. La pareja compartió cena con otros invitados del Sicab, entre los que se encontraba José Ortega Cano, que presidió un homenaje a Rocío Jurado. Durante la cena, Rigau comentó que no podría estar junto a su prometida porque pensaba sentarse en la mesa presidencial de la cena del 150º aniversario del Círculo Ecuestre de Barcelona. "Monto a caballo desde pequeño y no puedo faltar", comentó. "La prueba de que la sociedad catalana apoya mi decisión de casarme con Gina es que me han pedido que asista a la cena", aseguró.

Lollobrigida se merendó sola la rueda de prensa. A pesar de que asegura no hablar castellano, corrigió repetidas veces al traductor. Cuando quiso piropear a España, dijo que está a la vanguardia de Europa, lo que el traductor interpretó como que era un país "puntero". "He dicho a la vanguardia", replicó ella algo malhumorada.