-¿Qué le gustaría transmitir a través de este montaje?

-Rara vez puedo decir eso antes de tener el espectáculo realizado. Cuando la obra está terminada es cuando me doy cuenta de lo que yo quería contar. En este caso, no hay nada demasiado especial en sí mismo, la historia en sí es una manera de ver la vida, de ver el teatro y de ver los clásicos. Quería hacer una historia fiel a la original que a la vez fuese muy entretenida y dinámica. Esta es la quinta obra que hago de Shakespeare y quería meterme dentro del universo shakesperiano de un modo profundo y fiel. En la función pasan muchas cosas en las que no puedes dejar de pensar, como el tema del azar y de que estamos en manos de los dioses. Shakespeare decía que estos juegan con los hombres como los niños con las moscas: nos matan para divertirse.

<b>-¿Por qué no se representa tanto esta obra de Shakespeare?

</b>-Porque es una obra rara y difícil dentro del teatro shakesperiano, enseguida te echa atrás. Muchos de mis colaboradores me preguntan por qué quiero montar esto si es una obra mala, y yo les digo que no es mala, sino que hay que ver lo que yo veo porque tengo una visión del teatro particular y lo veo de otra manera. Además, el hecho de armar un elenco de primeros actores con una obra muy poco representada en España es también un reclamo publicitario, y con ello hemos conseguido el apoyo del Festival Internacional de Artes Escénicas de Uruguay y del de Mérida.

<b>-¿Es necesario modernizar las obras de teatro antiguas para que gusten más entre el público del siglo XXI?

</b>-No, eso depende de cada uno. Una de las primeras cosas que sabía y que les dije a todos fue que no íbamos a ir vestidos con togas ni con armaduras porque eso ya es una cosa casi arqueológica. Lo que ocurre en Pericles puede pasar en cualquier momento, así que lo que yo quería era hacer algo cercano porque lo que sucede es ya muy alejado: bajan los dioses del cielo y te arreglan la vida, una mujer muere, la meten en un cajón, la tiran al mar y después revive… Quería hacer un montaje cercano que tuviese música que a mí me gusta, pero por mis referencias y fantasías.

<b>-En este montaje ejerce de actor y director, ¿con qué faceta disfruta más?</b>

-También soy el productor, pero con lo que más disfruto es actuando porque al final el teatro es de los actores. El director hasta medio minuto antes y medio minuto después de la función puede estar cambiando cosas, pero si el actor está ahí y no lo hace... Es una de las razones por las que dije que quería actuar en Pericles, porque no podía ser que los actores se fuesen a dar la vuelta al mundo y yo me quedase en casa.

<b>-¿Qué espera del público de Mérida en su primera actuación?</b>

-No espero nada, al contrario, yo espero poder darles lo que ellos vienen a buscar. Tengo la impresión de que el público de Mérida es generoso y está dispuesto a aceptar lo que le dan, pero no puedo exigirle nada.