Después de hacerse famoso tras protagonizar un gag en el que comía papel en Instagran simulando un ataque de nervios, rebasó más del millón de seguidores en las redes sociales, que le han dado el pasaporte para convertirse en uno de los mayores ‘influencers’ de España. Pero tras el éxito analógico que sale de un impacto digital, donde realmente se bate el cobre es en los teatros con su gira ‘La máquina del tiempo’, que este mes lo lleva a Londres y que le ha traído a Extremadura, la tierra en la que el monologista Juan Amodeo (Sevilla, 1993) también está de moda.

-¿Cuál es su primer recuerdo?

-Mi primer recuerdo de chico, chico, es subido encima de la mesa de la casa de campo de mi familia cantando la canción ‘Ese toro enamorado de la luna’ de Los Centellas.

-¿Qué imagen usa como fondo de pantalla en el móvil?

-Cuando está bloqueado, una foto con mi novia en la playa, y cuando lo desbloqueas, una foto de ella sola.

-¿Qué súper poder le gustaría tener?

-Leer la mente; saber qué piensa la gente.

-¿Qué rasgo le irrita más de usted?

-La intensidad.

-¿Y de los demás?

-El pasotismo.

-¿Cuál es su mayor miedo?

-¡Qué buena pregunta! Creo que es aburrirme de mi vida personal y profesional. El aburrimiento me da miedo.

-¿Cuál es el momento más embarazoso que ha vivido?

-Siempre que me caigo en público. Lo paso muy mal porque soy muy vergonzoso. También cuando me piden hacerme una foto. El otro día en Badajoz una chica me la pidió y siempre me ruborizo.

-¿Qué es lo que menos le gusta de su aspecto?

-La talega, la barriga (risas).

-¿Qué es lo más caro que se ha comprado?

-Mi coche.

-¿Cuál es su costumbre menos confesable?

-Es una tontería. Pero es tomarme un Chupachups Kojak antes de dormirme.

-¿Cuál es su olor favorito?

-El olor de Claudia, mi chica.

-¿Cuándo es la última vez que ha llorado de pena?

-Al ver llorar a mi tío cuando murió su padre. Lo pasé muy mal.

-¿Y de alegría?

-El día que le hice una broma arriesgada a mi suegra. Me la jugué, salió bien y nos reímos todos.

-¿Cuál es su bien más preciado?

-Mi familia y mis amigos.

-¿Cuál es su primer deseo en la lista?

-Ser feliz.

-¿Qué le debe a sus padres?

-La forma de tomarme y ver la vida: luchar, saber levantarte cuando la vida te da un palo.

-¿Su mayor decepción?

-Cuando un amigo me ha hecho daño o me ha traicionado por dinero.

-¿A quién le gustaría pedirle perdón y por qué?

-A mi madre, porque en mi juventud no fui todo lo bueno que debería haber sido.

-¿Qué le despierta por las noches?

-En lo superficial, nada (carcajadas). En lo más profundo, el miedo a quedarme sin ideas.

-¿Qué latiguillo utiliza con mayor frecuencia?

-‘Oiga, qué haces’ y ‘quillo’.

-Como se nota que es gallego.

- Sííí (risas).

-¿Cuál es el peor trabajo que ha realizado?

-Repartir publicidad a las cuatro de la tarde por Sevilla en verano.

-¿Qué le ayudaría a mejorar su nivel de vida?

-Como soy intenso para lo bueno pero también para lo malo, la intensidad me hace ser más paranoico, preocuparme más por las cosas, que todo me entristezca más. Si eso lo cambiara, me mejoraría a mí mismo.

-¿Cómo suele relajarse?

-Con las cosas normales: ver una serie, tomar un café, dar un paseo, una charla.

-¿Qué libro le ha cambiado la vida?

-‘El secreto’ y ‘La Biblia’.

-¿Qué canción le gustaría que sonara en su entierro?

-‘No estaba muerto, estaba de parranda’ y ‘Felicidad’, de La Cabra Mecánica. La muerte es el fin de algo, pero el principio de otra cosa.

-¿Cuál es la mayor lección que le ha enseñado la vida?

-Que siempre amanece, aunque la noche sea muy oscura.

-¿Dónde le gustaría estar ahora mismo?

-En Disneyland París, montado en el Indiana Jones.

-¿En qué momento profesional se encuentra?

-De madurez. Tengo mucho más claro lo que quiero, hacia dónde quiero dirigir el humor que hago. Es también el momento de dar un paso adelante. Con el espectáculo ‘La máquina del tiempo’ estamos muy contentos y se venden todas las entradas, pero quiero trabajar en un humor aún más inteligente, ampliar el espectro del público. También he cambiado la forma de hacer los videos; ya no me dirijo a un público tan adolescente sino a más gente, desde los opositores hasta la gente que busca piso. Gracias a los que llenan los teatros este ha sido el mejor año de mi vida, y eso es muy bonito.

-Habla de ‘La máquina del tiempo’, con el que acaba de triunfar en Extremadura, en el López de Ayala de Badajoz y en el Gran Teatro de Cáceres.

-Es un espectáculo que ha variado desde su inicio y se ha convertido en lo que quiero que sea mi humor: más ácido, que no sea tan fácil. Me gusta que la gente se sienta identificada no solo en las cosas buenas sino en las cosas malas que piensa; mucha gente seguro que ha pensado: ‘Ojalá se muera’, y lo ha pensado en serio.

-Extremadura es para usted una vieja amiga.

-Es una amiga de hace cuatro años. Aquí empecé trabajando en un local pequeño en Badajoz y se nota cómo el público ha ganado en cantidad pero también en edad, porque los extremeños han ido creciendo conmigo. Veraneo en Huelva y muchos de mis amigos de la playa son de aquí, de modo que esta es una segunda casa. Y en la gastronomía, va ‘to palante’. Cuando vamos a Madrid o por la Ruta de la Plata siempre paramos en Extremadura para comer, a menudo en Trujillo o en ventas de carretera con jamón y vino de la tierra.