El ferrocarril subterráneo (Literatura Random House), la novela que obtuvo el Pulitzer del 2017 y el National Book Award del 2016, empieza como un relato de la esclavitud en una plantación de Georgia, en la línea de Alex Haley o aún más del Beloved de Toni Morrison. Y hay también una épica persecución de la esclava fugada Cora, pasando por las dos Carolinas y acabando en Indiana, a cargo de un cazarrecompensas digno de Cormac McCarthy. Pero luego llega un giro con elementos fantásticos, seguido de otro, y otro. El ferrocarril subterráneo, la red de evasión de esclavos del Sur al Norte, pasa a ser un tren real. El régimen de esclavitud en Carolina del Sur se convierte en una distopía eugenésica, empeorada por lo que la esclava fugitiva Cora encuentra después en la Carolina del Norte.

-¿Por qué ese doble nivel, la historia realista y la fantástica?

-Quería evitar una historia convencional sobre las evasiones de esclavos hacia el Norte. Elegí la fantasía, pero empiezo diferente en Georgia, con una plantación realista, presentando a los personajes y dando un testimonio, por modesto que sea, de cuál era el contexto de la esclavitud, antes de entrar en un territorio extraño y trastocar las cosas.

-En cada Estado inventa una versión ‘trastocada’ de la esclavitud, casi más imaginativa que el ferrocarril del título. ¿Qué raíces históricas tienen esas distopías esclavistas?

-Desde el principio quería que cada Estado fuese una América alternativa, una exageración de lo que realmente pasó. Utilizar capítulos de la historia para hacer un retrato global de América. No quería ceñirme a los hechos pero sí a la verdad. Después de la guerra civil, en la era de Jim Crow, caracterizada por el terror racial, ¿cuál sería la extensión natural de ella? La Solución Final del problema negro, que sitúo en Carolina del Norte. En Carolina del Sur, a los negros se les da libertad, trabajo, educación, en una especie de programa de la Gran Sociedad de los años 60. Pero a cara oscura de la intervención estatal fue la esterilización forzada de inmigrantes y gente de color, experimentos médicos como el de Tuskegee…

-Un personaje parece resumir el punto de vista del libro. Viene a decir que EEUU arrastra un pecado original.

-Ese personaje dice que si hubiese alguna justicia en el mundo, EEUU no debería existir, porque sus cimientos son el asesinato, el robo y la crueldad. Los personajes del libro se refieren al exterminio de los indígenas. Pero las mujeres no tenían derechos entonces, y aún hay discriminación de género. No es necesario concentrarse en una sola plaga de nuestro sistema, hay donde elegir.

-En esta línea, Cora, escondida en un desván en Carolina del Sur para evitar ser descubierta y colgada, ¿es un guiño a Ana Frank?

-Sí, por supuesto, en esos capítulos utilizo el lenguaje de la Alemania nazi, la solución final del problema negro a través del exterminio. No es casual: los nazis tomaron sus ideas del racismo científico y eugenésico de principios del siglo XX en EEUU, que inventó las ideas de pureza racial, esterilización de inadaptados…

-¿Y por qué el fracaso de esta especie de granja utópica negra en Indiana?

-Es lo que suele suceder, la mayoría de comunidades utópicas acaban colapsando. En EEUU asesinamos a nuestros mesías: JFK, Martin Luther King. Los experimentos de comunidades agrarias negras autosuficientes fueron incendiados por sus vecinos blancos.

-¿Qué opina de lo que sucedió en Charlottesville por la retirada de la estatua del general Lee, incluyendo la del presidente Trump?

-Si se explicase de verdad qué fue la esclavitud en las escuelas, probablemente esta estatua no estaría allí. Aunque lo importante es no eliminar los episodios desagradables de la historia, sino aprender de ellos, no sé por qué debe haber una estatua de Lee. ¿Para intimidar? ¿Para reafirmar la supremacía blanca? A lo mejor sería mejor poner una estatua de Richard Pryor.

-Y Trump…

-Habla en nombre de un gran porcentaje del país que es intolerante, racista y detesta a los inmigrantes, a los mujeres, los gays y las lesbianas. Esta gente no ha aparecido porque haya llegado Trump, él las ha envalentonado para que actúen y hablen de una manera que no habría hecho hace cuatro años. 63 millones de personas votaron por Trump y están de acuerdo con su intolerancia.

-¿Cómo pasa un país en cuatro años de reelegir al primer presidente afroamericano a elegir a Trump?

-Hay gente que ve cualquier avance de las mujeres o de los negros como una pérdida de poder del varón blanco. Cuando Trump dice ‘haremos que América vuelva a ser grande’ está diciendo ‘volvamos a la América de los años 50 en que no nos teníamos que preocupar ni de los negros ni de las mujeres’. Y recordemos que Obama fue elegido por el 51% de los votos; es decir, el 49% no votaron por él.

-¿Cómo avanza la serie de Amazon que adaptará ‘El ferrocarril subterráneo?

-La dirigirá Barry Jenkins [Oscar por Moonlinght], será una miniserie dividida en ocho capítulos. Están acabándose los guiones y si todo va bien esperamos que pueda entra en producción a lo largo del próximo año.