Yoko Kamio (Tokio, 1966) es toda una celebridad en Japón. Es la dibujante de No me lo digas con flores (Planeta Cómic), el manga shojo (de romances) más vendido de la historia en su país, con 61 millones de volúmenes comercializados. Ha sido la invitada estrella del Salón del Manga, que ayer cerró sus puertas.

-Cuando era joven, quería ser camarera.

-Sí. Con 17 años lo conseguí... y en un mes lo dejé. Entonces todavía no dibujaba. Cuando entré en la universidad me di cuenta que dentro del plan de estudios había muchas cosas que no me gustaban. Me planteé qué quería hacer y pensé que igual podía probar a dibujar manga. Debuté con 19 años.

-En 1992 comenzó a publicar la que es su gran obra, ‘No me lo digas con flores’. ¿De dónde le vino la idea?

-El shojo estaba plagado de personajes femeninos débiles, que se pasaban el día llorando porque les gustaba un chico que no les hacía caso. Yo también comencé dibujando ese tipo de historias, pero no funcionaban, así que pensé que era el momento de crear un personaje fuerte, con personalidad, todo lo contrario de lo que se publicaba.

-Es el manga ‘shojo’ más vendido de la historia. También es de los 10 mangas que más han influido a los japoneses. ¿Se esperaba ese éxito?

-No me lo esperaba. Más o menos un año después de comenzar a publicarlo, empecé a darme cuenta del éxito... Por ejemplo, veía que había cola en la estación del tren para comprar mi manga. Para mí fue una gran motivación para seguir.

-¿Cómo mantiene un autor la motivación para publicar durante 12 años una misma historia?

-Físicamente estaba muy cansada, pero los personajes eran muy fuertes y era como si me diesen fuerza para seguir dibujando. Suena fantasioso, pero mi experiencia personal es esa, tener la sensación de que tiraban de mí cuando estaba cansada.

-Hubo adaptación al ‘anime’, a serie y película de imagen real, series en Corea del Sur, China, Taiwán, Turquía, la India, Pakistán…

-Cuando me di cuenta de que mi obra se popularizaba en tantos países, que se escapaba de mis manos, el reto fue no dejarme influir. Cuando una persona tiene mucho éxito en un aspecto de su vida, el peligro es que después se sienta muy sola.

-¿Qué pensó el día siguiente que dio por terminado ese manga?

-Durante 12 años estuve pensando en esos personajes. Cuando se acabó, no me sentí sola, porque ya formaban parte de mi vida. Pero decidí que tenía ganas de dedicarme a hacer otras cosas, así que rápidamente comencé nuevos proyectos.

-En el 2015 decidió darle una continuación, titulada ‘Hana Nochi Hare’.

-La base es la misma, pero son historias diferentes. Comparten el mismo mundo y la misma época, y eso me permite algo fantástico: que algunos personajes de No me lo digas con flores puedan visitar la nueva serie. Espero que la gente que disfrutó entonces disfrute también de esta.