A tan sólo unas semanas de que se celebre en Madrid la 26 edición de Arco, su directora, Lourdes Fernández, se siente "ilusionada y tranquila" de cara a la que será su primera edición, y está segura de que la feria irá "por lo menos tan bien como el año pasado, porque el mercado del arte está en alza".

"Las expectativas son muy buenas, el año pasado Arco creció un 13% en ventas, y yo espero que éste crezca por lo menos en esa proporción, porque es un año muy bueno, el mercado está en alza -no hay más que ver cómo están funcionando las subastas y cómo han funcionado las ferias de Miami y Londres este otoño- y Arco es una feria que está en primera fila", dice Lourdes Fernández.

Si todo este año, desde que Ifema la nombró para el cargo, ha trabajado sin descanso y se ha recorrido la península para conocer al dedillo las galerías y sus necesidades, ahora, superado el punto de máxima tensión de hace un mes, cuando dio las primeras claves sobre la edición 2007, esta donostiarra de 45 años especialista en arte se siente "mucho más tranquila, menos abrumada". Y es que la feria, que abrirá del 15 al 19 de febrero, "está prácticamente hecha, sabemos quién viene y el catálogo está por fin en la imprenta desde el viernes 29, en que lo cerramos", añade.

Sobre las novedades de la nueva etapa de Arco, primero en esta edición, pero sobre todo a partir de la próxima, cuando la feria se trasladará a dos nuevos pabellones, la directora dice que girarán en torno a tres ejes centrales: "la ulterior internacionalización de la feria, el reforzamiento de su capacidad para dinamizar el mercado, y la distribución de contenidos artísticos en tres secciones: Programa General, Proyectos y The Black Box".

Y para internacionalizar más Arco, la idea es volcarse sobre todo en Asia, una potencia emergente en este mercado, y en Latinoamérica, para cuyo arte Arco quiere ser un puente cada vez más firme hacia Europa.

"Este año acuden 50 nuevas galerías (del total de 260), con artistas buenísimos", cuenta la directora.