El escritor extremeño Luis Landero publicará el próximo año una nueva novela que tratará sobre episodios de su niñez y juventud marcados por la emigración de su familia a Madrid en los años 60.

El Premio Nacional de Literatura (1990) resalta que en su nueva obra, que verá la luz en 2014, aparecerán familiares, amigos y personas que de alguna manera fueron importantes a lo largo de su vida.

El escritor extremeño se expresa así momento antes de la inauguración de la Escuela de Letras de Extremadura en Cáceres y señala que está "muy contento" con este nuevo trabajo que empezó a escribir en el mes de agosto.

"No me tengo que inventar nada porque todo lo he vivido", aunque puntualiza que los pasajes están escritos de manera novelada.

La niñez y la juventud de Luis Landero estuvo marcada por la emigración de sus padres, humildes campesinos, a Madrid en los años 60 y su necesidad de ponerse a trabajar de manera temprana para pagarse los estudios.

Para Landero, la emigración de antes, dentro de la tristeza que supone el desarraigo de una tierra, era "más esperanzadora" porque la gente sabía que se iba "de la terronera en donde no había casi para comer a un lugar en donde encontraría trabajo y un futuro mejor".

Ahora en cambio, subraya, las personas que deciden emigrar de su tierra lo hace con "mayor incertidumbre" y es "desesperanzador ver lo que hemos retrocedido en poco tiempo".

Uno de esos retrocesos, para Landero, está en el apoyo a la Cultura, así asevera que a las instituciones "no les importa nada la cultura" y manifiesta que si esta está "presente y viva" es gracias al "entusiasmo" de las personas particulares.

Esta nueva obra se publicará dos años después de su último trabajo Absolución (Tusquets 2012), un relato que recorre la vida errática e insatisfecha de su protagonista, un fugitivo que observa la cuenta atrás del futuro que lo espera.

El escritor cree que dos años entre un trabajo y otro es "más que suficiente", y resalta que hay autores que "se precipitan en publicar novelas porque no siguen sus propios tiempos sino los que les marcan".

Landero indica que, como si fuera un médico, se receta los párrafos y libros que tiene que leer, en función de si necesita estimularse o dependiendo del estado de ánimo en el que se encuentre.

En este sentido, y en el actual contexto de crisis, destaca entre otros autores a Kafka y su "acostumbrar los ojos a la oscuridad".

El también Premio de la Crítica (1989) y articulista de prensa escrita, aborda en su conferencia inaugural de la Escuela de la Letras de Extremadura el oficio de escritor y, en este sentido, dice que en esta profesión hay "partes objetivables que se pueden enseñar", pero que está claro que "el talento no se enseña".

De esta forma, ha dado mucha importancia a ser un "gran lector" y haber leído a los grandes como Cervantes, Proust, Baroja o Pessoa o lecturas que a uno le resulten estimulantes a la hora de ponerse a escribir.

En su cabecera no faltan obras de los ya mencionados más otras de Valle-Inclán o Kafka, autores de los que asegura va y viene según en el momento de creación literaria en el que se halle. "En mi niñez no hubo libros, me crié sin ellos y ahora estoy rodeado de obras", apostilla.