La voz de Fernando Lázaro Carreter se apagó en la madrugada de ayer, mientras dormía. Era uno de los pocos académicos conocidos por la gente de la calle. Fue gracias a la puntería de sus dardos, a los libros de texto con los que enseñó gramática y comentarios de textos literarios a miles de españoles, además de su labor como director de la Real Academia. Todos los que sintieron su muerte recordaron ayer estas facetas y señalaron la pérdida de una de las personas más preocupadas por preservar la buena salud del castellano.

El lingüista, que tenía 80 años, murió en la Concepción, en la que estaba ingresado. La capilla ardiente se instaló en el Tanatorio. Esta mañana se celebrará un funeral en el que se oficiará una misa y luego será incinerado. Sus cenizas se trasladarán a la localidad zaragozana de Magallón, a la que estaba vinculado por razones familiares.

MODERNIZAR LA RAE Numerosas personalidades del mundo de la cultura y la política acudieron al tanatorio para acompañar a su viuda, Angelines, y a sus hijos, Clara Eugenia, María Angeles y Fernando. Uno de los primeros en llegar fue Víctor García de la Concha, director de la RAE. Emocionado, recordó su labor como profesor universitario y su trabajo incansable al frente de la Academia, que preocupaba a sus colegas hasta el punto de advertirle: "Fernando, te vas a dejar la piel". Y es que una de las primeras frases que dijo al llegar a la institución, en 1972, fue: "Esto hay que cambiarlo".

De la Concha declaró que, al apagarse su palabra, "se ha hecho un silencio muy pesante". También explicó que su aire de cascarrabias sólo era una apariencia porque después, era "bueno, amable y simpático". El secretario de Estado de Cultura, Luis Alberto de Cuenca, se remontó a su época de estudiante, cuando el catedrático Lázaro Carreter le inició en la gramática generativa que había aprendido con Noam Chomsky en Tejas.

"Su preocupación siempre fue la lengua viva y real, no sólo la preceptiva. Si tuvimos algo de modernidad en la universidad española fue gracias a él", dijo Jon Juaristi, director de la Biblioteca Nacional. Miguel Delibes, compañeros en la RAE, difundió una nota en la que señaló que el castellano "le debe un inmenso paso hacia adelante". También advirtió que uno de sus méritos fue lograr que el pueblo "participara del perfeccionamiento del idioma". La ministra de Cultura también destacó sus méritos, mientras que el Rey y el Príncipe enviaron telegramas de pésame.

Uno de los rasgos de su carácter fue el sentido del humor. El escritor Luis Goytisolo avanzó que en la RAE se echarán de menos sus anécdotas.