Hace unos días tuve el placer de escuchar al cantaor pacense Manuel Pajares en Badajoz y volví a reafirmarme en valorar a este artista como un gran cirujano del cante. Ese que escudriña con su garganta cada cante, y que se preocupa y ocupa de mantener vivo para las generaciones venideras a base de estudio, perlas del pasado que ya son joyas de nuestro presente. Porque el que trabaja y el que estudia se diferencia del resto, y esta premisa también es aplicable en el flamenco. Por eso, además, Manuel Pajares es diferente.

--En el XXXVI edición del Festival Internacional de Cante Flamenco de Lo Ferro se ha alzado con el prestigioso premio Melón de Oro además, en la categoría al cantaor ‘más completo’, ¿qué se siente?

--Muchísima alegría, piensas en todo el camino que te ha llevado a estar allí: los sacrificios, la auto presión de no defraudarse a uno mismo, la satisfacción de pensar que ha merecido la pena, pero también la incertidumbre del futuro que eso siempre está, ese: ¿y ahora qué? Pues de momento continuar en la línea, disfrutar del momento y seguir pa lante,

--Compitió con otra pacense, Esther Merino, ¿goza de buena salud nuestro flamenco?

--Claro que sí, pero yo en ese momento no sentía que competía con ella sino que de alguna manera, Extremadura estaba en una cita así. Yo solo pensaba en no volverme con la sensación de que los nervios, por la presión competitiva que en sí había, no me dejaran disfrutar del momento. Sólo así, se da todo en el escenario creo yo. Fue una final, e imagino que muy difícil para el jurado.

--A su juicio, ¿cuándo cree que un cantaor lo es de forma ‘completa’?

--Objetivamente se dice que un cantaor/a es completo/a cuando demuestra que es largo y conoce e interpreta un amplio abanico de cantes, de diferentes tipología, rítmicos, básicos…, etc. Yo me siento un cantaor también de forma completa porque así lo siento, me gusta cantar y me encanta el flamenco.

--¿Qué le ha enseñado su trabajo ‘Extremojondura’?

--He aprendido muchas cosas. Cuando tienes un proyecto así, no queda otra que profundizar en nuestros cantes y artistas, y cuando se hace eso siempre se descubren y aprenden cosas nuevas. La verdad es que queríamos aglutinar todo eso: dar a conocer cosas que estaban bastante perdidas. Extremojondura es un homenaje a parte de los artistas que han hecho grande el flamenco de nuestra tierra. Me sentía muy responsable porque no son los cantes con los que yo más me sienta, si de los que más me gustan pero como aficionado. Disfruté mucho en esa labor de creación con los compañeros para llevarlo a nuestro terreno: con fundamento y rigor pero con personalidad, y ahí está el mayor aprendizaje: en todos esos momentos que dedicas a hacer algo diferente.

--¿Cuál ha sido la mejor lección aprendida en su carrera?

--Muchísimas, muchísimas lecciones. Cuando empezaba a estudiar los cantes, yo me fijaba en los nombres: malagueñas, seguirillas…, etc, sin saber quiénes las crearon. En una ocasión, en algún sitio que no recuerdo, se me acercó un señor para darme su opinión, y empezó a hacerme preguntas sobre mi repertorio, ¡y yo no supe responder a casi nada! porque no conocía realmente lo que estaba cantando. Entonces decidí que eso no me podía volver a pasar.

--¿Cuál es el problema al que se enfrenta un cantaor joven?

--El único problema que puede tener un cantaor joven es la falta de oportunidades. Lo demás depende de uno mismo, de la afición que se tenga y las ganas de aprender. Pero las oportunidades también se tienen que ofrecer. En Don Benito, cada año se organiza el Festival de Jóvenes Flamencos de Extremadura. Mis inicios también están ligados a este festival, por ejemplo. Creo que esta iniciativa debe darse en más lugares porque sirve de motivación en los principios, se descubre a muchas perlitas y creo que es bonito. Yo lo disfrutaba mucho.

--¿A dónde le gustaría llegar?

--Pues no sé. Sólo quiero ser feliz haciendo lo que me gusta. Mis objetivos son vitales, ya que el flamenco forma parte de mi vida. El objetivo es vivir haciendo lo que te gusta, ¿quién no querría eso? Yo solo lucho por conseguirlo, pero es muy difícil.

--Es difícil vivir del flamenco pero, ¿cuáles cree que son los pasos que hay dar para lograrlo?

--Pues eso me gustaría saber a mí (se ríe) Imagino que para vivir de esto hay que intentar mejorar cada día, tener algo que te diferencie de los demás, entrega, y la suerte de que se reúnan todas las circunstancias para ello.