Ayer por la mañana, 10 días después de que falleciera en un hospital de Bangkok tras haber estado en la cárcel por falsificar la fecha de su visado, Cristopher Hohenlohe fue enterrado en el cementerio de San Bartolomé de Marbella, en el panteón familiar donde se encuentran los restos de su padre, Alfonso de Hohenlohe. El hermano menor de Cristopher, Hubertus, de 47 años, que acudió acompañado de su novia, se encargó de organizar el entierro y el funeral, y eligió la música que sonó durante la ceremonia, celebrada en la iglesia de San Pedro de Alcántara.

La princesa Ira de Furstenberg visitó a su hijo en la cárcel tailandesa, donde compartió celda con 40 presos, un día antes de que este enfermara. Por eso no le convence la versión que han dado los médicos de Bangkok, y tanto ella como Hubertus aseguran que Cristopher, conocido popularmente como Kiko, no era diabético y que desde el principio las causas del fallecimiento han sido un misterio.

Al principio les informaron de que el príncipe había muerto como consecuencia de una pulmonía, luego por un infarto y, finalmente, por una septicemia (infección de la sangre). Por ese motivo han anunciado que solicitarán una contraprueba en Europa, al margen de la autopsia realizada en Bangkok. El cuerpo de Christopher tuvo que ser embalsamado para salir del país. Según explicó Hubertus a un diario alemán, el proceso se hizo con mucho cuidado, para evitar la pérdida de tejidos y órganos. Con ello la familia pretende llegar a la verdad de lo que ocurrió en la cárcel.