Quien busque Moira en un mapa de Europa no lo encontrará. Es un lugar inexistente, a imagen de Ruritania o Sildavia, nacido de la imaginación de Marcos Ordóñez (Barcelona, 1957) del que el autor se ha servido para crear una realidad paralela extraña y a la vez familiar al lector. Detrás del hielo (Bruguera) es muchas cosas: una novela épica y coral con una importante nómina de personajes secundarios; una obra de iniciación sobre Klara, la adolescente que busca su propia voz, primero como actriz y cantante y más tarde como escritora, y finalmente una historia de amor a tres bandas, a la manera de Jules et Jim , de Jacques Truffaut.

Y todo eso se sitúa en Moira en la prodigiosa década de los 60.

"Opté porque pasara en un país imaginario porque me daba más libertad para la cronología y, al mismo tiempo, para que se dispararan los diferentes imaginarios de cada uno: la primavera de Praga, la Grecia de los coroneles, la revuelta mexicana de la plaza de las Tres Culturas y las dictaduras argentina y chilena. Cualquier momento histórico de gran expansión machacado por la barbarie dictatorial", clarifica el autor. De ahí que las piezas del puzle no acaben de construir una figura perfecta y sí una geografía soñada. "Esta es una historia de creyentes. La creencia de que un libro o una canción te puede cambiar la vida", dice.