Lleva desde los seis años enamorando a las cámaras, pero dice que siempre ha tenido los pies en la tierra. María Adánez fue conocida durante años como Lucía, la pija de la exitosa serie de televisión Aquí no hay quien viva , pero eso para ella ha sido todo un logro. Esta noche interpretará en el Gran Teatro a Fachon, uno de los personajes de La escuela de la desobediencia , una obra que acerca a la complicada vida de las mujeres del siglo XVII. Un texto "maravilloso" que, según dice, le ha hecho volver a la inocencia de cuando era niña.

--Interpreta el papel de Fanchon, una adolescente que está encerrada entre las cuatro paredes de su casa, ¿se sintió alguna vez así?

--He tenido más o menos los pies en la tierra. Como mujer no iría para atrás para nada. Todas las etapas son maravillosas y está muy bien tener 19 años, pero ahora mismo creo que me entero ya de las cosas que quiero en la vida. Lo interesante en esta vida es ir madurando y aprender a conocernos mejor.

--¿Fue una niña desobediente?

--He tenido mucha más suerte que mi personaje, he tenido más libertad, más apoyo, más cultura y más educación.

--¿Qué saca de su personaje?

--Para mí el reto en este personaje es la vuelta a la inocencia, vuelta al candor y a la juventud. Fanchon empieza estando muy verde y acaba siendo una mujer con un pequeño criterio. Es un homenaje a todas las mujeres, a las de ahora, a las que han estado y a las que vendrán. El sexo es un vehículo hacia la libertad y sobre todo hacia poder elegir lo que uno quiere en la vida.

--Dice que le ha hecho volver a la inocencia, ¿qué cosas siguen haciéndole sentir una niña?

--Tengo cosas muy de niña, de hecho mi sobrina Manuela hasta hace dos días en lugar de llamarme María me llamaba niña, y yo le decía "me llamo María", pero nada. Me debía ver como una niña.

--¿Con qué se queda, con la adolescencia o con la madurez?

--Me quedo con lo que soy ahora.

--¿Qué enseña a las mujeres La escuela de la desobediencia?

--Muchos valores. Fanchon es una mujer inquieta a quien le hubiera gustado ejercer una profesión, y no puede. Su prima la ayudará a través de la escuela y la sexualidad, la instruye en la libertad y en poder elegir.

--¿Y a los hombres?

--A descubrir un poco más cómo es la sexualidad femenina. La mujer es un ser que necesita una erótica mucho más intelectual, más suave.

--Ha hecho cine, televisión y teatro, ¿con qué se queda?

--Con el teatro porque es la plataforma donde más se crece como autor y como ser humano.

--Lleva en los escenarios desde los seis años, ¿cómo recuerda su primera vez?

--Absolutamente feliz, me sentía como pez en el agua.

--¿Pierde uno la concepción de la realidad cuando interpreta a tantos personajes tan dispares?

--No, uno sabe siempre quién es. Es verdad que el personaje te inunda, pero cuando llego a mi casa desconecto.