Tras el éxito de La reina sin nombre , María Gudín (Oviedo, 1962) siguió indagando en el mundo poco conocido de los visigodos hasta componer una trilogía de la que acaba de publicar la segunda parte, Hijos de un rey godo , editada también por Ediciones B. Amor, venganza y aventuras se mezcla en esta novela, que se puede leer independientemente de la primera, centrada en la época de mayor esplendor del reino visigodo en Toledo y reconstruye, con un ritmo trepidante, la historia de Hermenegildo y su hermano Recaredo, hijos ambos del rey Leovigildo.

"Hermenegildo fue un príncipe que se rebeló contra su padre --ilustra la autora--, declaró una guerra civil, se autoproclamó rey de la Baltia y murió a los 21 años". Afirma la escritora que le pareció una etapa suficientemente "movida" como para contextualizar su novela.

Y aclara que su relato se centra en la etapa de mayor esplendor de este pueblo, entre los años 368 al 731.

Los escasos documentos históricos sobre la época no la desanimaron. Gudín, que es médico especialista en neurología en el Hospital General de Ciudad Real, admite que su profesión "es dura; necesitas vías de escape". De ahí su interés, dice, por novelar parte de la historia española. Las investigaciones arqueológicas realizadas en Castilla-La Mancha le sirvieron de gran ayuda para imaginar las condiciones de vida de entonces.

Pese a lo que pueda parecer, la España de los siglos IV al VIII "no era un territorio de salvajes dominado por tribus en luchas fratricidas. De entre todos los bárbaros que conquistaron Europa, los visigodos fueron los menos salvajes", dice Gudín, que está escribiendo la tercera parte sobre la decadencia de esta cultura.

Además de desmitificar una época que puede tener fama de oscura, la escritora se mete en terrenos psicológicos para explicar las relaciones que se establecen entre padres e hijos llamados a desempeñar papeles históricos y las consecuencias de estas luchas de poder en el futuro de un pueblo. A Gudín le gusta poner la lupa sobre las influencias que las acciones y el destino tienen en el devenir de la historia.