Para Mariah Carey no pudo haber mejor vuelta a los escenarios que la noche del pasado miércoles, en la que actuó ante 20.000 fans en el Madison Square Garden de Nueva York. De allí se llevó un buen recuerdo y también un espectacular collar de diamantes.

Dos emisarios, enviados por un admirador secreto, le hicieron entrega del regalo: un collar de platino con ocho diamantes y un anillo a juego, valorado en unos 4,5 millones de euros. La prensa británica aclaró ayer que el fan era el príncipe Azim, hijo del sultán de Brunei.