El próximo sábado 28 de julio, un extremeño puede alzarse de nuevo (y ya sería el cuarto) con el prestigioso Premio Melón de Oro 2018 en la XXXIX edición del Festival Internacional de Cante Flamenco de Lo Ferro. Cinco hombres y dos mujeres han sido seleccionados, de entre los más de doscientos inscritos en esta edición, y uno de ellos es el cantaor de La Albuera (Badajoz) Pedro Cintas. El resto de seleccionados: Cuevas Rodríguez, Evaristo (Sevilla), Haya Morales, Antonio (Córdoba), Martos Garrido, Alba (Jaén) Nieto Fernández, José Antonio (Córdoba), Palacios Pedregosa, Víctor (Barcelona) y Rodríguez Rosado, Ana Isabel (Sevilla). Todos, optan al premio de 12.000 euros, la placa de honor Sebastián Escudero y al trofeo obra de la artista Mayte Defruc si consiguen esa noche demostrarle al jurado, que es el cantaor/a más completo/a de los diferentes grupos de cantes establecidos en las bases del concurso. El viernes 27 de julio en el recinto de verano del Festival saldrán los cinco artistas, que serán los que se disputen los premios en la madrugá de la noche siguiente. De este Festival, de su prestigio, de Extremadura y de su relación flamenca con Murcia hablamos con Mariano Escudero, hijo del alma máter de la Peña Flamenca ‘Melón de Oro’, organizadora junto al Ayuntamiento de Torre Pacheco de este encuentro flamenco.

--¿Qué tiene Extremadura con este galardón?

--La verdad es que Extremadura y Murcia tienen mucho que ver, ¡hasta el habla, diría yo! En el Festival del 2016, este galardón lo ganó por méritos propios un extremeño, Manuel Pajares, que según el jurado fue el cantaor que mantuvo más regularidad y calidad durante la fase de clasificación, la semifinal y la final. En 2017, Esther Merino, y sin olvidar que ya Miguel de Tena en 1999, con apenas 23 años, se alzaba con este premio también. Es evidente que vuestra región y la nuestra van de la mano, en el amor al flamenco, en el respeto a este arte, en la capacidad de sus artistas, y si me lo permite, hasta en esa humildad intrínseca de las dos tierras. No hay que olvidar que Lo Ferro es una barriada de apenas 300 habitantes, enclavada en un municipio de 36.000 como es Torre Pacheco.

--Extremeños que ganan, y que pueden volver a hacerlo.

--¡Totalmente cierto! Pedro Cintas tiene además ya el ‘Molino de Lo Ferro’, el segundo premio. En realidad es un reconocimiento y una puesta en valor a la ferreña mejor cantada, y que está dotado con 5.000€ más un trofeo. La ferreña es el palo propio de Lo Ferro, con temática propia, centrada en esta localidad y/o en su comarca. Fue creada por el maestro Juanito Valderrama y macerada por Fosforito. Para nosotros es importante cuidarla, y potenciarla. Por todo lo que implica..., pero mire, Extremadura es una tierra que siempre ha sido flamenca, sobre todo Badajoz, y ahora además, con esa gente joven a la que le ha dado por el gusanillo por el cante flamenco. ¡Nosotros estamos encantados de recibiros y de que sigáis trayendo cante! El jurado al final siempre coge a los y las mejores, siempre ha sido así. Vamos a ver si tiene suerte Pedro Cintas, que también es un gran cantaor. El día 28 lo sabremos en la madrugá de la final.

--Mariano, si nos llevamos los extremeños otra vez el Melón de Oro vamos a tener que hacer algo ya ‘institucional’

--(Se ríe) Sí, vamos a tener que crear La Sandía de Plata o Sandía Colorá allí... (Se vuelve a reír) Como le decía, hay un aspirante que está en la semifinal y puede ser, claro. Pero la decisión está en el jurado y en lo que él también haga en la final.

--¿Qué diferencia hay entre esta edición y el resto, si es que la hay?

--Vienen cantaores y cantaoras pegando fuerte, y se van renovando los artistas invitados al concurso. Hay gente con unas capacidades y conocimientos de auténticos profesionales y eso llama la atención: la juventud y lo que dominan el flamenco. Creo que también ayudan las nuevas tecnologías. Las escuelas de flamenco tienen más medios. El año que viene vamos a conmemorar la 40 edición de este concurso y uno se siente orgulloso, porque estás contribuyendo a que cantaores como Miguel de Tena, por ejemplo, pueda vivir del flamenco. Que tengan donde cantar al margen de las Peñas. Este Festival de Lo Ferro es un espaldarazo en la carrera de cualquier artista.

--¿Ya habéis dejado de ser ‘el hermano pequeño’ del Festival de La Unión?

--¿Y qué somos ahora?, ¿primos? (se vuelve a reír) Tenemos muy buena relación con La Unión, pero somos festivales diferentes. La Unión está muy centrada en los cantes mineros y Lo Ferro es un Festival más abierto. Tiene unas bases que permite cantar todos los palos flamencos incluso se insiste, en que el cantaor tiene que ser completo. Por eso, el cantaor de Lo Ferro puede cantar cantes de ritmo, cantes aflamencaos, cantes básicos, granaínas, tangos extremeños..., puede cantar un abanico de posibilidades que le da una apertura, un colorido, que hace este Festival diferente. Si va al concurso de Lo Ferro, y va al de La Unión verá que son diferentes, incluso el mismo concurso, el ambiente. En Lo Ferro al igual que en La Unión hay una seriedad con el cante y el propio concurso dentro de un abanico de cantes y espectáculo diferentes. Puedes ir a los dos, y darte cuenta de que son complementarios, que son dos grandes Festivales.

--No solo es interesante el Concurso, también las actividades que organizáis alrededor de él...

--Sí, por supuesto, mire, tenemos un curso el lunes que va a versar sobre la utilización del flamenco como terapia en la educación especial. Como hacer que los niños con dificultades en el aprendizaje pueden conseguir que la música, y en este caso la música flamenca, su compás, les ayude a la hora de enfrentarse a la vida. Contamos con una periodista también graduada en magisterio, Victoria Cava, que está haciendo el doctorado en esta materia: cómo ayuda el flamenco en las terapias de educación especial. Luego actuará con su grupo de música andalusí donde mezcla lo árabe, con el norte de África, y con instrumentos de origen nacional. Va a ser un broche de oro muy interesante a esa noche.

--¿Cómo encara el Festival de cara al 40º aniversario?

--Al final el tiempo pasa muy rápido, los jóvenes no lo sabéis, pero a medida que pasan ediciones el tiempo pasa más rápido. Parece que fue ayer cuando estábamos preparando la 38º edición y ya estamos en la 39º, y sí, la encaramos con ilusión, y con ganas de que los artistas y concursantes que vengan lo disfruten. Que haya una mezcla y convivencia con el público, y en esa convivencia, la mejor expresión de ese arte es cuando se está creando, cuando se está produciendo, y aparece esa chispa que es el duende. Esperemos que haya noches con duende, que disfrutemos del cante, el baile y guitarra. Ahora no queremos obsesionarnos con esa idea de la nueva edición, sino esperar y disfrutar con la de este año, y cuando termine el día 29 de julio, al día siguiente, ir plasmando las ideas que vayamos teniendo.