Pocas actrices han sido tan laureadas como ella. A lo largo de su carrera ha obtenido el Oscar, el César --equivalente francés al Oscar-- y sendas estatuillas en los certámenes de Berlín, Cannes y Venecia. Ahora tiene un nuevo galardón que añadir a su vitrina: el Festival de Marraquech acaba de concederle un premio honorífico.

Recibir un premio honorífico es una buena ocasión para mirar hacia atrás y revisar lo conseguido. "En realidad, los que miran a mi pasado son quienes me otorgan este premio, pero yo no necesito hacerlo porque lo he vivido. Estos premios son bonitos si los entiendes como símbolos, pero que conste que no estoy muerta todavía, y que tengo intención de seguir trabajando unos años más", afirma.

También asegura que no disfruta mirando sus películas antiguas. "Me resulta insoportable".