Los esfuerzos resultaron en vano, y Carmen Martínez-Bordiú y José Campos no lograron dar esquinazo a la prensa el pasado domingo, día de su matrimonio religioso, "el día más importante de su vida", según manifestó la nietísima . El lugar elegido para el enlace fue la finca Las Almentas, en Cazalla de la Sierra (Sevilla), propiedad de un amigo íntimo de la pareja. Hasta allí fue la novia la madrugada del sábado, esquivando a la prensa.

El domingo, poco antes de la ceremonia, la novia quiso compartir su alegría con los periodistas, que aguardaban pacientemente en la puerta a la espera de alguna imagen o de alguna declaración, ofreciéndoles paella y una copa. Entonces, contó a los periodistas lo mucho que quiere al santanderino. "Estoy muy emocionada, como si fuera la primera vez", dijo. "Nos casamos porque lo sentimos. Nunca imaginé casarme, pero es como si llevara un año casado con ella", comentó el feliz novio, que lució un chaqué con un chaleco de hilo azul pálido. Por el momento, los recién casados no se animarán con los hijos. "Preferimos vivir la vida", dijo Campos. J. C.