Etimológicamente, la palabra carantoña remite a máscara o carátula. Las Carantoñas son siempre hombres. No se conocen en la historia de Acehúche casos de mujeres. Generalmente salen vestidos así por una promesa hecha, lo mismo que ser anualmente el mayordomo. Las carantoñas van disfrazadas con pieles de oveja, cabra, zorro... y cubren su cara con una máscara horrible, adornadas con pimientos, orejas de animales y colmillos, lo que les da una apariencia de fieras. Se ciñen sus cinturas con una cincha bien apretada. Antiguamente portaban en sus manos una vara larga, como de un metro, con muchas puntas y, en la actualidad, suelen llevar un ramo seco de acebuche u olivo silvestre, muy abundante en la zona. Según cuenta la antigua leyenda, se atrevieron a atacar a San Sebastián después de que fuera asaetado en un árbol por los romanos; le hacían carantoñas y muecas para asustarle, pero no pudieron hacerle ningún daño, y no se sabe por qué extraño misterio. Según la leyenda, las carantoñas eran fieras que reverenciaron al santo tras su martirio.

Una fiesta que merece la pena conocer.