La histórica ciudad califal española de Medina Azahara fue declarada ayer como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco durante una reunión celebrada en Baréin. El comité incluyó en la lista de lugares culturales protegidos este complejo arqueológico en un debate en el que no hubo objeciones y en el que varios países como Noruega, Brasil y Francia felicitaron a España por el expediente presentado.

Entre abrazos y aplausos, la delegación española desplazada a la capital de Baréin, celebró el nombramiento de la única candidatura presentada por España.

Una vez aprobada la inclusión, la embajadora delegada permanente de España en la Unesco, María Teresa Lizaranzu, aseguró que esta declaración es «un reconocimiento de la labor conjunta del ministerio, de la Junta de Andalucía, del ayuntamiento (de Córdoba) y a ese gran esfuerzo en la gestión y conservación».

Lizaranzu, que fue la primera en tomar la palabra, aseveró que Medina Azahara es «un ejemplo único de ciudad califal dentro del ámbito europeo y es parte de nuestro legado andalusí del que estamos muy orgullosos».

En declaraciones a Efe desde Manama, la alcaldesa de Córdoba, Isabel Ambrosio, afirmó que han acogido con «mucho agradecimiento» el apoyo del comité, pues «las pocas intervenciones que ha habido han sido para apoyar» la candidatura, algo que «no suele pasar normalmente» en este tipo de sesiones. -«Con esta declaración vamos a conseguir elevar a la máxima categoría la única ciudad califal que tiene Europa», señaló.

Con esta decisión, España se convierte en el tercer país del mundo con más lugares inscritos en la lista de la Unesco, por delante de Francia.

Uno de los puntos que recomendó al inicio de la sesión el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) a la candidatura fue el cambio del nombre del lugar: de Medina Azahara a la ciudad califal de Madinat al Zahara.

Otra de las mejoras propuestas en el yacimiento incluían la necesidad de hacer más accesibles los recorridos, actualizar y aprobar un programa de operaciones para el complejo y un apantallamiento vegetal para eliminar del paisaje las vistas de las parcelas en situación ilegal del entorno del bien de interés cultural.

En referencia a estos puntos, la alcaldesa indicó: «No son cuestiones que nos sorprendan y no son ajenas a la tarea cotidiana que llevamos desarrollando día a día», y agregó que, en todo caso, están «preparados para asumir esos retos desde la máxima responsabilidad».

El yacimiento alberga las ruinas de una ciudad fundada por el primer califa de Al Ándalus, Abderramán III, de la dinastía Omeya, en el 936, siete años después de proclamar el Califato de Córdoba. Después de un próspero periodo de casi ochenta años, fue saqueada durante la guerra civil sucesoria de 1009-1010 que acabó con el poder de los califas.

Los restos de la ciudad califal, que incluye edificios, infraestructuras y objetos de decoración, permanecieron enterrados durante un milenio hasta que fueron descubiertos a comienzos del siglo XX a las afueras de la actual Córdoba.