Mel Gibson destapó los secretos de Apocalypto con el primer pase a la prensa de la atípica producción rodada en lengua maya.

Se trata de un proyecto tan polémico como lo es la figura de su director, la estrella de Hollywood de 50 años a quien le gusta hacer las cosas a su manera.

"Es una persona con una visión que defiende en todo lo que hace y eso es lo más admirable: su fortaleza y el nivel de energía que pone en todo su trabajo", aseguró el actor mexicano Gerardo Taracena, parte del reparto de Apocalypto .

Taracena es uno de los 700 actores sin apenas experiencia artística que participan en este épico filme rodado entre Veracruz y Catemaco, en México, sobre el final de la cultura maya.

A los ojos de Gibson, los rostros de este reparto plural son los que dan el espíritu y el toque indígena que necesitaba la obra.

Todo ello para mostrar, según Gibson, "una historia grande" como las que quiere ver el público, "algo emocionante" y "espiritual".

La grandeza se refleja en la pantalla desde el primer fotograma así como la emoción trepidante de una cámara siempre en movimiento y la espiritualidad en un filme donde el antagonista no es una persona sino un concepto, el miedo.

La última obra como director de este actor y productor que ganó el Oscar a la mejor realización con Braveheart también incluye ese otro elemento ya típico en Gibson: la violencia.

Según las notas de prensa, este estadounidense criado en Australia quiso rodar un filme de aventuras "visual, visceral y lleno de emoción".

Para numerosos miembros de la prensa, más que visceral se trató de un baño sangriento donde no faltaron las vísceras y la violencia. Con el estreno de Apocalypto , el 8 de diciembre, Gibson se enfrenta a una difícil promoción que ya le es familiar dadas las similitudes con su última obra La pasión de Cristo .