Dos legiones romanas se establecieron en el terreno de la futura Emerita Augusta en el año 25 a. C. Habían sido licenciadas tras pelear contra los cántabros y acudieron a esa zona estratégica que entraba en los planes de Augusto de reorganizar el imperio fundando nuevas ciudades que difundieran la romanización. Una exposición inaugurada ayer en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (MNAR) describe el proceso de creación de la ciudad y su desarrollo durante el imperio de su fundador.

COLECCIONES PUBLICAS La muestra ha sido organizada por la Fundación de Estudios Romanos, patrocinada por la Fundación El Monte y los fondos proceden de colecciones públicas y particulares.

En el mismo acto de inauguración se presentó el libro El arte de comer en Roma. Alimentos de hombres, manjares de dioses en el que doce prestigiosos cocineros españoles se aplican a la tarea de cocinar las recetas de Apicius, el padre de la cocina romana.

Augusto, fundador de Emerita reúne esculturas, monedas, fragmentos de frisos, mapas y paneles que sitúan al espectador entre el año 25 a. C. y el 14 d. C., cuando muere el emperador y le sucede Tiberio.

Con los primeros planes urbanísticos de la ciudad, esta se llenará enseguida de imágenes relativas al poder de Roma como una manera de captar adhesiones entre los nativos, señala Elena Castillo, comisaria de la exposición. Así, la idea de Augusto era construir urbes a semejanza de la capital de su imperio. La posición estratégica de la zona, su situación en el río Guadiana (Anas) contribuyeron a elegir el enclave que se convirtió en un centro administrativo y difusor de la romanización, similar a Asturica Augusta y Lucus Augusti, al noroeste; y Caesar Augusta en el valle del Ebro.

VISITAS IMPERIALES Una de las secciones de la exposición está dedicada a retratos de Augusto, entre los que destaca una cabeza labrada en piedra semipreciosa de sardonice hallada en Tarazona. Otra sección muestra la política de construcción de teatros y la reformas religiosas promulgadas por Augusto. El mito de Eneas y su ligazón con el mundo del poder preside la tercera parte de la exposición, en la que se exhiben diversas inscripciones y una terracota que representa a Eneas. La muestra se cierra con las reformas administrativas llevadas a cabo por Augusto en Emerita y se enseñan monedas, la maqueta de la ciudad, cariátides e inscripciones sobre el emperador.

Elena Castillo no cree que Augusto estuviera en Mérida. Sí viajó a Hispania para combatir a cántabros y astures con Julio César; estuvo en Tarragona y, en un tercer viaje, estuvo delimitando los territorios, según sus proyectos de reorganización del imperio.