El músico balcánico Goran Bregovic cosechó un gran éxito en su único concierto en el Festival de Teatro Clásico de Mérida. Y es que logró congregar a más de 2.300 personas a pesar de que era miércoles y, lo que es más importante, contagió al público, que acabó puesto en pie y bailando sus pegadizos ritmos de una manera casi compulsiva.

Durante unas dos horas, Bregovic dejó sobre el escenario lo mejor de su repertorio junto a su banda de Bodas y Funerales y sus voces búlgaras, y logró superar algún pequeño problema en cuanto a la calidad del sonido.

El espectáculo arrancó de forma sorprendente, con los músicos surgiendo de entre el público, y acabó con más de 2.000 personas bailando compulsivamente su canción Kalashnikov . Entre uno y otro momento, dos horas de ritmo y música de innegable raíces griegas durante las que Bregovic demostró que no ha perdido un ápice de la frescura que hace años le llevó a ser una estrella de rock en su país.

El público se entregó sin condiciones y disfrutó de las peculiares creaciones de un músico que bucea sin remilgos en la multiculturalidad musical de la península balcánica y ofrece una obra que por momentos recuerda a las típicas charangas gitanas.

Pasado el incontestable éxito de Goran Bregovic la pregunta que queda ahora en el aire es cómo encaja este tipo de conciertos en el Festival de Teatro Clásico de Mérida. Pero, como bien diría Michael Ende, ésa es otra historia...