Michael Winterbottom, director de obras maestras como Wonderland e In this world , es el autor más ingenioso, arriesgado, experimental y prolífico del cine independiente británico. La relación que mantiene con el Festival de Cine de San Sebastián es de entrega absoluta desde que el certamen le dedicó una retrospectiva en el 2003. Al año siguiente, el cineasta compitió por la Concha de Oro con 9 songs , película que sorprendió por sus primerísimos planos de sexo explícito y que se llevó el reconocimiento a la mejor fotografía. Dos años después, volvió a concursar con A cock and bull story .

Por tercera vez en tan breve espacio de tiempo, retorna a la sección oficial con Génova , un valiente y contenido relato fílmico sobre una familia de Chicago que intenta aliviar el duelo por la muerte de la madre desplazándose a una ciudad portuaria. Winterbottom habla de un insufrible aullido: del profundo dolor que siente una niña ante la pérdida accidental y temprana de su madre, a la que jugando tapó los ojos cuando conducía. Aborda, sin demasiadas concesiones dramáticas ni largas secuencias, ese desgarro anímico para el que no sirven las distancias, aunque el tiempo lo termine calmando.

REACCIONES ADVERSAS También es una inteligente reflexión sobre la fragilidad de los sentimientos que rodean la superación de la muerte de un ser cercano. Tiene el mérito de huir de enfoques azucarados, aunque, quizás, justo por ello divide a la platea. No es una película fácil. No entra en el juego habitual del melodrama. O te atrapa desde el principio o no hay manera. En el pase de prensa incluso se escucharon tímidos silbidos. Pero tiene la fuerza de no pasar desapercibida, de generar encendidas discusiones, de no poder quitártela de la cabeza.

Para Winterbottom, la película trata del desmedido amor que siente un padre por sus hijas. "La muerte de la madre solo es el punto de partida. Me interesaba más indagar en cómo siguen adelante con sus vidas, cómo se las arreglan y la repetición de las cosas cotidianas. En eso consiste ser una familia, en ser capaces de superar juntos el dolor".

Colin Firth, en pleno apogeo por Mamma Mia! , da vida a ese profesor universitario que debe afrontar solo el cuidado de sus dos hijas. Apenas ha pasado 24 horas en la ciudad de San Sebastián, ya que está rodando El retrato de Dorian Gray , la adaptación de la novela de Oscar Wilde que afronta Oliver Parker.